'La revolución tiene una deuda pendiente con los excluidos'
Análisis de un criminólogo venezolano bolivariano
>Andrés Antillano (Entrevista de Rachael Boothroyd Rojas)
Con las elecciones presidenciales en Venezuela del 20 de mayo los gobiernos de EEUU y Canadá, y la oposición venezolana, continúan presionando por una opción de cambio de régimen. Tillerson, en su reciente gira por América Latina, pidió abiertamente un golpe militar para deponer al gobierno. La oposición está boicoteando las elecciones e incluso expulsó al candidato presidencial Henri Falcon por su participación. La desinformación es generalizada, los problemas muy reales de la escasez, la inflación y la violencia se presentan como la justificación de la intervención. Pero la realidad es mucho más compleja de lo que generalmente se reconoce. En esta entrevista, el profesor Andrés Antillano profundiza en las políticas del gobierno bolivariano de seguridad, el infame OLP [Operativo por la Libertad del Pueblo], y el fenómeno de la violencia en Venezuela.
La respuesta del gobierno nacional al aumento de crímenes violentos a través de la polémica OLP (Operación liberar al pueblo) fue noticia cuando la ex fiscal general del país, Luisa Ortega, apareció ante la Corte Internacional de La Haya exigiendo que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y otros altos funcionarios de seguridad del estado sean acusados de cometer "crímenes de lesa humanidad". Ortega apuntó específicamente a la OLP, y acusó a las fuerzas de seguridad de Venezuela de llevar a cabo más de 8.000 ejecuciones extrajudiciales y torturas entre 2015 a 2017, supuestamente bajo órdenes directas del gobierno en una operación de limpieza social. En febrero de 2018 la Corte Internacional dijo que conduciría una investigación preliminar para determinar si se debe proceder a una investigación oficial.
¿La versión de Ortega es correcta? ¿Son los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad venezolanas mucho peores que los de sus contrapartes de Honduras, México o Colombia? ¿Las políticas de seguridad del gobierno actual representan un giro en la historia de las políticas de seguridad del Estado de Venezuela o son indicativas de continuidad? ¿Equivalen a una política deliberada de limpieza social?
Andrés Antillano es profesor y director del Departamento de Criminología de la Universidad Central de Venezuela, destacado activista y estudioso de la violencia en Venezuela. La analista canadiense Rachael Boothroyd Rojas lo entrevistó en diciembre de 2016.
A diferencia de Ortega, Antillano revela una imagen cruda pero mucho más compleja, que tiene muchos paralelos en América Latina. En esta instantánea de la realidad de Venezuela, los legados de la violencia colonial, las consecuencias estructurales y sociales de décadas de neoliberalismo, y la incapacidad de izquierda latinoamericana en el poder de lidiar con la naturaleza cambiante del capitalismo y de proveer modelos alternativos de justicia, han dado lugar a esta Venezuela de problemas con el crimen violento.
-------------------------------------------------
El otro factor es el aumento de la represión estatal. De hecho, un ejemplo específico de esto en Venezuela fue la respuesta del estado a la insurgencia popular que se produjo como respuesta al ajuste neoliberal, el Caracazo, al cual el estado respondió de la manera más violenta y sangrienta, lo que resultó en un número de muertes todavía desconocido (se lo ubica entre 20 y 30 mil). Y esto terminó en que mientras se diesen una combinación de condiciones objetivas, el estado a través de la represión y la violencia, transformó la violencia en un modelo culturalmente válido para resolver conflictos. Es el estado que inicia la violencia a través de la represión que presenciamos en los últimos días de febrero de 1989. Desde entonces, la violencia, o al menos la tasa de homicidios, como expresión de violencia, nunca ha dejado de crecer, y se ha terminado duplicando en cada década con una consistencia espantosa.
En este sentido puede decirse que no es cierto que el Chavismo sea el artífice de la violencia en Venezuela, pero también puede decirse que la revolución bolivariana no ha sido capaz de revertir el continuo crecimiento de la violencia de un modo significativo.
Más allá de los intentos (por parte de la oposición) de politizar este fenómeno y utilizarlo como un instrumento político, que implica falsificar estadísticas, ese es el hecho real. Además, merece un análisis cuidadoso y un compromiso de los sectores progresistas e izquierdistas, así como del gobierno, porque la violencia afecta a los sectores más pobres de la sociedad. Es el más pobre el que es el blanco de la violencia. Obviamente, cuando alguien de las clases medias o altas es asesinado hay una gran conmoción, pero todos los días los pobres tienen el triple de víctimas. Víctimas de la persistencia de condiciones estructurales, que una vez más son la criminalización de los pobres. Es el más pobre el que muere a manos de la políca, y también es el pobre el que termina en la cárcel.
Además, sobre este tema, también podríamos decir que el aumento de las expectativas de consumo que acompaña a las políticas redistributivas también contribuye a la violencia y el crimen como forma de obtener cosas a las que no podemos acceder de otra manera. Muchos de los muchachos que conozco que han estado involucrados en la violencia dicen cosas como "no puedo comprar los zapatos que están de moda ahora" o "no puedo comprar una moto". Aunque sus condiciones de vida hayan mejorado debido a las políticas generales, hay grandes obstáculos por superar en lo que teiene que ver con la exclusión social, así como las expectativas no satisfechas. Para mí, estos son los factores que explican la violencia.
Creo que hay dos fenómenos que explican este aumento de la represión por parte del gobierno bolivariano. Entre otros factores, de hecho, está determinado por su propia exclusión del mundo del trabajo. El segundo factor es la idea del paramilitarismo. El anterior ministro de justicia, que ahora es el director de los servicios de inteligencia, construyó esta hipótesis paramilitar para explicar por qué las políticas de seguridad han fallado, y por qué dieciséis años después, el crimen y la violencia continúan aumentando. Pero también, esta hipótesis es rentable para las fuerzas de seguridad. Les da poder y oportunidades para actividades ilegales. Lo que encontré en mi investigación es lo que se llama violencia en el campo. La policía pide dinero, y venden armas. Los grupos delictivos armados reciben armas y municiones de los agentes de policía. Esto significa que este es un mercado muy rentable. La represión y la violencia policial ofrecen oportunidades económicas rentables para la policía y el poder político.La policía, las fuerzas de seguridad, incluso el Ministerio de Relaciones Internas, los responsables de las políticas de seguridad, ensalzan una lógica bélica, construyen un enemigo, y sin negar el grave problema del crimen violento en Venezuela, es la forma de justificar Políticas de seguridad duras, además de ser muy rentables. Pero también hay otro factor. Si miras la historia de Venezuela, estos fenómenos son cíclicos. La represión contra los sectores populares siempre aumenta cuando termina un ciclo de expansión petrolera. A fines de la década de 1980, cuando las políticas expansivas comenzaron a erosionarse, cuando el precio del barril de petróleo disminuyó, junto con la importación del gobierno de Carlos Andrés Pérez, la represión policial aumentó, las muertes a manos de la policía aumentado, así como la población carcelaria. Algo similar está sucediendo ahora. Los precios del petróleo caen, la capacidad redistributiva del estado se reduce, y así aumenta la represión. Claramente, tomando prestada la imagen, se mueve la mano violenta de la coacción. Al mismo tiempo, esto genera legitimidad para el estado, o ciertamente para ciertos sectores, entre la clase media, por ejemplo. Sin embargo, también lleva a perder legitimidad entre los sectores populares. Esto ha sido inscrito en un discurso que está en el corazón del Chavismo, que está creciendo, aunque no creo que sea hegemónico por el momento, pero amenaza con serlo. Este discurso es un discurso antipopular (pueblo), que ve a la gente como el enemigo. Las personas son vistas como ingratas, porque no votaron por ellos en las elecciones en 2015, se las ve como infiltradas de la derecha y como confundidos, inmaduros y carentes de ideología y conciencia. Son vistos como "bachaqueros" [contrabandistas y vendedores de alimentos subsidiados], responsables de la guerra económica. No es el capital quien detrás de eso, son los pobres, quienes sin duda están especulando, pero ese no es el principal problema de la economía aquí. También son vistos como paramilitares; un discurso que tiende a penalizar a la gente, y que para mí, por otra parte, renuncia a lo que es la esencia del chavismo, que es un compromiso de la mayoría popular.
Esto significa que existe el peligro de que el chavismo termine siendo una minoría que se encierra cada día más en sí misma, que trata de preservar los aspectos externos del poder ejerce cada vez menos, y que pierde las grandes mayorías. Esto es una contradicción con las consignas levantadas por el Comandante Chávez. Por lo tanto, creo que lo primero es abandonar esta política, que no implique impunidad, y buscar políticas eficientes. Por ejemplo, castigando con la cárcel los crímenes más violentos. Esta es la gran ironía, porque trabajo en las cárceles y los que cometen los crímenes más violento no están en la cárcel. Quienes están en prisión han estado involucrados en delitos callejeros a pequeña escala, traficantes de drogas, el 30 por ciento de la población carcelaria está allí por la posesión de pequeñas cantidades de drogas y pequeños robos. Podrían emplearse un arresto domiciliario. Pero creo que es importante enfocarse en el crimen violento. Desde un punto de vista penal, toda persona que cometa un crimen violento, un homicidio, un secuestro, un robo con violencia, sabe que van a tener que enfrentarse a la justicia. Pero también es necesario reformar a la policía, porque responde a la violencia con violencia. Esto se debe a que la fuerza de policía se ha convertido en una fuerza de búsqueda de ingresos paralelos, extrayéndolos de los delincuentes y el público en general. En uno de los barrios en los que trabajo, los policías estaban cobrándole a un criminal alrededor de 30,000 dólares por no matarlo. Eso significa que la única manera de que ese criminal pueda conseguir esa cantidad de dinero es cometiendo más crímenes, más extorsiones, más secuestros, con el fin de ser capaz de salvar su propia vida. Es también evidente que la mayoría de las armas que se utilizan en los crímenes provienen de los agentes de policía que las están vendiendo. Eso significa que la policía no es la solución, es un problema. Es necesario retomar el camino de la reforma policial que comenzó en 2006. Creo que es una tarea esencial, así como para desmilitarizar las fuerzas de seguridad, para eliminar el ejército y la guardia nacional de la policía civil, y fortalecer la capacidad de los cuerpos de seguridad ciudadana.
Todo esto tiene que ver con la idea de que las políticas represivas son la forma de tratar con personas que no han sido beneficiadas por las políticas sociales. Obtienen la política de criminalización, la mano derecha del estado. También creo que la mayoría de la población encarcelada está esencialmente allí por delitos menores, que tiene que quedarse junto con los criminales más violentos y peligrosos. Esto también está íntimamente ligado a la violencia, cuando la población carcelaria aumenta, lo que ha sucedido en Venezuela, Brasil, en todo el continente ...
Sé de primera mano de muchos casos en los cuales los hombres jóvenes eran criminales simplemente fueron ejecutados. Tengo un caso emblemático, y voy a escribir un homenaje a este muchacho porque fue como una tragedia griega, un muchacho de un barrio en que he estado trabajando como parte del Ministerio de las Comunidades. Al igual que muchos muchachos de su edad, estaba muy cerca de este problema de violencia, pero había logrado alejarse de él. Va a la casa de un amigo en Los Valles del Tuy en las afueras de Caracas, y la policía aparece allí buscando al enemigo. Matan a los tres hombres que están en la casa ese día, porque todos ellos son sospechosos de ser criminales. Los ejecutan, a sangre fría. Incluso huyendo de la violencia, al final, la violencia lo atrapa, como una especie de destino, una especie de tragedia griega, donde el protagonista intenta escapar de su destino, pero el destino finalmente lo atrapa. El destino de un muchacho joven de la clase trabajadora. Hay muchos, muchos casos como este, muchachos que son asesinados por tener caras sospechosas, la posesión ilegal de una cara, así lo llama un amigo mío. Alcanza con tener una cara joven y morena, es suficiente para que te maten o arresten.
Pero supongamos que tenemos todos estos casos, que están bien informados en la prensa, las organizaciones de derechos humanos, los consejos comunales, la oficina del Defensor del Pueblo y la oficina del Fiscal General, como el caso de Barlovento. Dejemos a todos esos criminales. No hay pena de muerte aquí, y sin embargo, en 2016 hubo 4000 muertes debido a la policía y 2000 en 2015. Incluso si todos estuvieran en enfrentamientos armados, esta es claramente una política altamente letal, como si estuviéramos en guerra.
Creo que el discurso punitivo que habla de paramilitares termina por justificar las políticas que dice combatir. Porque si son paramilitares, entonces estamos hablando de una hipótesis bélica y pueden justificar esta política de aniquilación, como en tiempo de guerra. En la guerra, buscas neutralizar a tu enemigo. Y eso significa aniquilarlo la mayor parte del tiempo. Y entonces, este discurso, esta hipótesis de los paramilitares justifica estas políticas. Los resultados de esta política, que van más allá del OLP como su aspecto más visible, son extremadamente preocupantes. Desde 2013, incluso antes de que comenzara el OLP, cuando esta violenta política policial comenzó, el número de homicidios no ha disminuido, sino que ha aumentado. Además, la cantidad de oficiales de policía muertos también ha aumentado. Eso significa que una de las víctimas de la política policial es la policía misma. La policía debería ser la primera en oponerse a esta política de exterminio, porque ellos mismos son las víctimas indirectas. El caso de Barlovento era totalmente esperado. Ha sucedido una y otra vez cuando la policía está autorizada, incluso incentivada a llevar a cabo prácticas abusivas. Terminas legitimando el abuso policial, y este abuso no tiene límites. Termina incluso siendo usado para ajuste de cuentas, o para intervenir en conflictos entre individuos. Por ejemplo, voy a matarlo, porque ha matado al otro tipo, y luego lo hago pasar por criminal y listo. Termina haciendo una bola de nieve, porque justifica la violencia policial. Y esos resultados se miden por la cantidad de personas muertas en enfrentamientos, son falsos positivos. La lógica de los falsos positivos en Colombia es la misma. La presión para producir resultados. Y, por supuesto, no pueden presentar estos resultados a través de los tribunales, porque esta no es una fuerza policial que investiga, no es una fuerza policial. Si presentan una orden juidicial de arresto, tienen el fracaso garantizado, por eso los matarán y presentarán la muerte como resultado de un enfrentamiento para justificar sus acciones. Pero esto iba a suceder tarde o temprano debido a la policía, las fuerzas de seguridad o, en este caso, el ejército. Es por eso que han tenido lugar casos como este, Barlovento es quizás el ejemplo más visible.
Debo admitir que fue un gesto importante y es que los militares inmediatamente asumieron su responsabilidad por la masacre de Barlovento y que esos responsables fueron castigados, y tenían derecho a un juicio justo, algo que no dieron a sus víctimas, las víctimas del OLP, a las víctimas de Barlovento les fue negado. Eso es lo menos que esperas de un estado democrático. Y entonces el OLP para mí es un fracaso, porque termina creando oportunidades para tratos ilegales, oportunidades ilegales para la policía, erosionando las bases sociales de apoyo a la revolución, y además, crea más violencia y exclusión contra los pobres, y son los pobres atrapados entre la violencia criminal y la violencia policial, que están cada día más vinculadas entre sí. Debido a que la violencia criminal es reforzada por la violencia policial, y policia alimenta la violencia criminal porque la usa como fuente de recursos por medio de la extorsión y la venta de armas. Creo que es muy importante que el gobierno tome medidas en relación con la masacre de Barlovento, porque si hay algo claro en relación con la violencia policial, es que las prácticas de la policía son sensibles a las señales del poder político. El número de muertes a manos de la policía desciende drásticamente cuando hay un evento como este, como Barlovento, y se producen señales de que este tipo de prácticas no serán toleradas. Por ejemplo, en 2006, con la masacre de Kennedy, cuando el ministro Jesse Chacón decidió llevar la investigación a las últimas consecuencias. Significa que las señales de este tipo desde las altas esferas del poder contra la policía tienen un efecto importante. Además de castigar a los responsables, envían una señal importante que puede conducir a una reducción del abuso policial.
Y él responde: "mira Andrés, te diré algo, somos paramilitares, porque si los militares llegan al barrio, los vamos a parar". Estos muchachos no entienden de qué se trata el paramilitarismo. El gobierno los tiene etiquetados de una forma en ellos no entienden, pero que terminan viendo con cierta simpatía, porque lo ven a su manera. Pero estos no son grupos paramilitares, no hay presencia paramilitar. Eso es una mentira
En términos de masculinidad, es una explicación tanto de la violencia como de la respuesta a la violencia. Lo que sucede con los chicos con los que trabajo, digamos que su elemento central de su exclusión es el hecho de que su virilidad queda puesta en duda, su masculinidad, que está relacionada con la construcción del género en una sociedad machista y patriarcal. El hombre debería ser el proveedor, debería ser autónomo, debería ser independiente y, obviamente, un muchacho de 25 años que vive con su mamá, que no trabaja, que no puede tener una pareja estable porque no puede tener una casa, etc. etc. contradice ese estereotipo de hombre. Recordé a uno de estos muchachos pudo conseguir un trabajo, pero que lo dejó porque lo hacían limpiar el piso, y decía que eso es trabajo de mujeres. Esta es esencialmente una economía de servicios, y los pocos trabajos que existen son efectivamente trabajos de mujeres. Y entonces la violencia termina siendo una afirmación de masculinidad. Además, el reconocimiento necesario de estos hombres excluidos debe provenir de la afirmación de otros valores, masculinidades alternativas. Pero también está relacionado con el cuerpo. Porque los excluidos solamente tienen sus cuerpos. Para una mujer joven en el barrio que no pueden conseguir un trabajo, su objetivo será convertirse en una mami, una chica bonita, conseguir un novio malandro, o un policía, y ella puede usar su cuerpo para conseguir eso. Un joven del barrio también tiene su propio cuerpo, y esa es su capacidad para llevar a cabo la violencia. No estudió, no trabaja, no tiene un capital cultural como para conseguir un trabajo. Represión también recae sobre los hombres, porque hay una diferencia de género. Las chicas tienen acceso a programas anti-pobreza del gobierno como Madres del Barrio, pero los varones terminan en la cárcel. Pero este también es el caso con la violencia policial. He trabajado con la policía durante muchos años, y también hay un componente de masculinidad. Esta es una disputa sobre la masculinidad, porque la policía también proviene de la misma clase trabajadora. En 2006, cuando comenzamos la reforma policial, se llevaron a cabo diagnósticos en los centros de capacitación para la policía y en la universidad. Ese año, la principal demanda de plazas provino de jóvenes de la escuela secundaria en las escuelas públicas. Eso significa que ser un oficial de policía para muchachos de los barrios es una profesión muy atractiva. Aquí hay una simetría entre la policía y los malandros. Muchos de los muchachos que conozco están involucrados en eso. Tal vez si hubieran ido a la policía, en lugar de ser asesinados estarían fuera de los muchachos muertos, que son como ellos. La presión de la masculinidad también cae sobre la policía
En
primer lugar, de acuerdo con los estudios que se han hecho en
Venezuela, la represión policial cae principalmente en aquellos que
están devaluados socialmente, los hombres jóvenes en el barrio, los
vendedores ambulantes, prostitutas, trabajadores sexuales, la comunidad
LGBTQ, transexuales, homosexuales, etc. Si fuésemos a ir a los bares LGBTQ un poco más tarde, veríamos
aparecer a la policía maltratando a la gente, molestando a las personas
transgénero en el área de una manera realmente brutal. Se trata principalmente de aquellos grupos, grupos socialmente devaluados que no tienen poder. Una
cosa está clara si vamos al momento anterior a la Revolución
Bolivariana, cuando Chávez llegó al poder la represión contra los sectores
populare disminuyó. Recuerdo
que viví durante mucho tiempo en un barrio de La Vega, y una vez que
apareció un policía de la policía metropolitana intentando dar vuelta todo, que pertenecía al
gobierno local que era hostil a la Revolución Bolivariana. Y le gritaban "¿No conoces la Constitución? ¡No puedes arrestar gente así!". Y el oficial de policía tuvo que irse, porque la gente tenía poder efectivo.
Creo que tienes que ver el aumento de la represión policial ligado a la disminución del poder en manos de la gente. Son grupos socialmente devaluado, sin poder. Pero al mismo tiempo, la policía actúa con una lógica depredadora, una lógica que busca ganancias e incentivos económicos. En este sentido, las posibilidades de extorsión sobre las mujeres son muy frecuentes. Por esta razón, muchas trabajadoras sexuales terminan casándose con oficiales de policía, para que las defiendan de otros policías. Eso es poder contra la policía y otros ataques. Pero tiene mucho que ver con la extorsión. Los ataques contra trabajadoras sexuales transgénero no solo están motivados por evaluaciones morales, sino también por prácticas de extorsión, para obtener dinero de actividades ilegales. La represión también tiene un efecto muy significativo en las mujeres, y no solo en las trabajadoras sexuales. Una chica con la que estaba trabajando tenía una relación de pareja con un criminal, lo mataron hace tres semanas. Ahora ella está sola con una hija pequeña, sin trabajo ni dinero. Es una situación de bancarrota. Esta política de exterminar a los hombres jóvenes no solo termina eliminando el sustento de toda la familia, sino dejando a muchas viudas en una situación desesperada. Por eso creo que la clave para enfrentar esta represión es a través de la movilización de las mujeres, porque las mujeres sufren de manera muy grave, como madres y esposas, de esta violencia en todas sus expresiones, incluida la violencia policial.
Fuente: New Cold War. https://www.newcoldwar.org/andres-antillano-the-revolution-has-an-outstanding-debt-to-the-socially-excluded/
Análisis de un criminólogo venezolano bolivariano
>Andrés Antillano (Entrevista de Rachael Boothroyd Rojas)
Con las elecciones presidenciales en Venezuela del 20 de mayo los gobiernos de EEUU y Canadá, y la oposición venezolana, continúan presionando por una opción de cambio de régimen. Tillerson, en su reciente gira por América Latina, pidió abiertamente un golpe militar para deponer al gobierno. La oposición está boicoteando las elecciones e incluso expulsó al candidato presidencial Henri Falcon por su participación. La desinformación es generalizada, los problemas muy reales de la escasez, la inflación y la violencia se presentan como la justificación de la intervención. Pero la realidad es mucho más compleja de lo que generalmente se reconoce. En esta entrevista, el profesor Andrés Antillano profundiza en las políticas del gobierno bolivariano de seguridad, el infame OLP [Operativo por la Libertad del Pueblo], y el fenómeno de la violencia en Venezuela.
La respuesta del gobierno nacional al aumento de crímenes violentos a través de la polémica OLP (Operación liberar al pueblo) fue noticia cuando la ex fiscal general del país, Luisa Ortega, apareció ante la Corte Internacional de La Haya exigiendo que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y otros altos funcionarios de seguridad del estado sean acusados de cometer "crímenes de lesa humanidad". Ortega apuntó específicamente a la OLP, y acusó a las fuerzas de seguridad de Venezuela de llevar a cabo más de 8.000 ejecuciones extrajudiciales y torturas entre 2015 a 2017, supuestamente bajo órdenes directas del gobierno en una operación de limpieza social. En febrero de 2018 la Corte Internacional dijo que conduciría una investigación preliminar para determinar si se debe proceder a una investigación oficial.
¿La versión de Ortega es correcta? ¿Son los crímenes cometidos por las fuerzas de seguridad venezolanas mucho peores que los de sus contrapartes de Honduras, México o Colombia? ¿Las políticas de seguridad del gobierno actual representan un giro en la historia de las políticas de seguridad del Estado de Venezuela o son indicativas de continuidad? ¿Equivalen a una política deliberada de limpieza social?
Andrés Antillano es profesor y director del Departamento de Criminología de la Universidad Central de Venezuela, destacado activista y estudioso de la violencia en Venezuela. La analista canadiense Rachael Boothroyd Rojas lo entrevistó en diciembre de 2016.
A diferencia de Ortega, Antillano revela una imagen cruda pero mucho más compleja, que tiene muchos paralelos en América Latina. En esta instantánea de la realidad de Venezuela, los legados de la violencia colonial, las consecuencias estructurales y sociales de décadas de neoliberalismo, y la incapacidad de izquierda latinoamericana en el poder de lidiar con la naturaleza cambiante del capitalismo y de proveer modelos alternativos de justicia, han dado lugar a esta Venezuela de problemas con el crimen violento.
-------------------------------------------------
- ¿Podemos comenzar con un resumen de los orígenes del fenómeno de la violencia en Venezuela?
El otro factor es el aumento de la represión estatal. De hecho, un ejemplo específico de esto en Venezuela fue la respuesta del estado a la insurgencia popular que se produjo como respuesta al ajuste neoliberal, el Caracazo, al cual el estado respondió de la manera más violenta y sangrienta, lo que resultó en un número de muertes todavía desconocido (se lo ubica entre 20 y 30 mil). Y esto terminó en que mientras se diesen una combinación de condiciones objetivas, el estado a través de la represión y la violencia, transformó la violencia en un modelo culturalmente válido para resolver conflictos. Es el estado que inicia la violencia a través de la represión que presenciamos en los últimos días de febrero de 1989. Desde entonces, la violencia, o al menos la tasa de homicidios, como expresión de violencia, nunca ha dejado de crecer, y se ha terminado duplicando en cada década con una consistencia espantosa.
En este sentido puede decirse que no es cierto que el Chavismo sea el artífice de la violencia en Venezuela, pero también puede decirse que la revolución bolivariana no ha sido capaz de revertir el continuo crecimiento de la violencia de un modo significativo.
Más allá de los intentos (por parte de la oposición) de politizar este fenómeno y utilizarlo como un instrumento político, que implica falsificar estadísticas, ese es el hecho real. Además, merece un análisis cuidadoso y un compromiso de los sectores progresistas e izquierdistas, así como del gobierno, porque la violencia afecta a los sectores más pobres de la sociedad. Es el más pobre el que es el blanco de la violencia. Obviamente, cuando alguien de las clases medias o altas es asesinado hay una gran conmoción, pero todos los días los pobres tienen el triple de víctimas. Víctimas de la persistencia de condiciones estructurales, que una vez más son la criminalización de los pobres. Es el más pobre el que muere a manos de la políca, y también es el pobre el que termina en la cárcel.
- ¿Puedes comentar sobre el historial de la Revolución Bolivariana en términos de abordar el crimen, así como la exclusión social?
Además, sobre este tema, también podríamos decir que el aumento de las expectativas de consumo que acompaña a las políticas redistributivas también contribuye a la violencia y el crimen como forma de obtener cosas a las que no podemos acceder de otra manera. Muchos de los muchachos que conozco que han estado involucrados en la violencia dicen cosas como "no puedo comprar los zapatos que están de moda ahora" o "no puedo comprar una moto". Aunque sus condiciones de vida hayan mejorado debido a las políticas generales, hay grandes obstáculos por superar en lo que teiene que ver con la exclusión social, así como las expectativas no satisfechas. Para mí, estos son los factores que explican la violencia.
- ¿Y esto es lo que has descubierto a través de tus investigaciones sobre el fenómeno de la violencia?
- En tu opinión, ¿qué sería necesario para superar esta situación y reformar las políticas de seguridad del gobierno venezolano?
Creo que hay dos fenómenos que explican este aumento de la represión por parte del gobierno bolivariano. Entre otros factores, de hecho, está determinado por su propia exclusión del mundo del trabajo. El segundo factor es la idea del paramilitarismo. El anterior ministro de justicia, que ahora es el director de los servicios de inteligencia, construyó esta hipótesis paramilitar para explicar por qué las políticas de seguridad han fallado, y por qué dieciséis años después, el crimen y la violencia continúan aumentando. Pero también, esta hipótesis es rentable para las fuerzas de seguridad. Les da poder y oportunidades para actividades ilegales. Lo que encontré en mi investigación es lo que se llama violencia en el campo. La policía pide dinero, y venden armas. Los grupos delictivos armados reciben armas y municiones de los agentes de policía. Esto significa que este es un mercado muy rentable. La represión y la violencia policial ofrecen oportunidades económicas rentables para la policía y el poder político.La policía, las fuerzas de seguridad, incluso el Ministerio de Relaciones Internas, los responsables de las políticas de seguridad, ensalzan una lógica bélica, construyen un enemigo, y sin negar el grave problema del crimen violento en Venezuela, es la forma de justificar Políticas de seguridad duras, además de ser muy rentables. Pero también hay otro factor. Si miras la historia de Venezuela, estos fenómenos son cíclicos. La represión contra los sectores populares siempre aumenta cuando termina un ciclo de expansión petrolera. A fines de la década de 1980, cuando las políticas expansivas comenzaron a erosionarse, cuando el precio del barril de petróleo disminuyó, junto con la importación del gobierno de Carlos Andrés Pérez, la represión policial aumentó, las muertes a manos de la policía aumentado, así como la población carcelaria. Algo similar está sucediendo ahora. Los precios del petróleo caen, la capacidad redistributiva del estado se reduce, y así aumenta la represión. Claramente, tomando prestada la imagen, se mueve la mano violenta de la coacción. Al mismo tiempo, esto genera legitimidad para el estado, o ciertamente para ciertos sectores, entre la clase media, por ejemplo. Sin embargo, también lleva a perder legitimidad entre los sectores populares. Esto ha sido inscrito en un discurso que está en el corazón del Chavismo, que está creciendo, aunque no creo que sea hegemónico por el momento, pero amenaza con serlo. Este discurso es un discurso antipopular (pueblo), que ve a la gente como el enemigo. Las personas son vistas como ingratas, porque no votaron por ellos en las elecciones en 2015, se las ve como infiltradas de la derecha y como confundidos, inmaduros y carentes de ideología y conciencia. Son vistos como "bachaqueros" [contrabandistas y vendedores de alimentos subsidiados], responsables de la guerra económica. No es el capital quien detrás de eso, son los pobres, quienes sin duda están especulando, pero ese no es el principal problema de la economía aquí. También son vistos como paramilitares; un discurso que tiende a penalizar a la gente, y que para mí, por otra parte, renuncia a lo que es la esencia del chavismo, que es un compromiso de la mayoría popular.
Esto significa que existe el peligro de que el chavismo termine siendo una minoría que se encierra cada día más en sí misma, que trata de preservar los aspectos externos del poder ejerce cada vez menos, y que pierde las grandes mayorías. Esto es una contradicción con las consignas levantadas por el Comandante Chávez. Por lo tanto, creo que lo primero es abandonar esta política, que no implique impunidad, y buscar políticas eficientes. Por ejemplo, castigando con la cárcel los crímenes más violentos. Esta es la gran ironía, porque trabajo en las cárceles y los que cometen los crímenes más violento no están en la cárcel. Quienes están en prisión han estado involucrados en delitos callejeros a pequeña escala, traficantes de drogas, el 30 por ciento de la población carcelaria está allí por la posesión de pequeñas cantidades de drogas y pequeños robos. Podrían emplearse un arresto domiciliario. Pero creo que es importante enfocarse en el crimen violento. Desde un punto de vista penal, toda persona que cometa un crimen violento, un homicidio, un secuestro, un robo con violencia, sabe que van a tener que enfrentarse a la justicia. Pero también es necesario reformar a la policía, porque responde a la violencia con violencia. Esto se debe a que la fuerza de policía se ha convertido en una fuerza de búsqueda de ingresos paralelos, extrayéndolos de los delincuentes y el público en general. En uno de los barrios en los que trabajo, los policías estaban cobrándole a un criminal alrededor de 30,000 dólares por no matarlo. Eso significa que la única manera de que ese criminal pueda conseguir esa cantidad de dinero es cometiendo más crímenes, más extorsiones, más secuestros, con el fin de ser capaz de salvar su propia vida. Es también evidente que la mayoría de las armas que se utilizan en los crímenes provienen de los agentes de policía que las están vendiendo. Eso significa que la policía no es la solución, es un problema. Es necesario retomar el camino de la reforma policial que comenzó en 2006. Creo que es una tarea esencial, así como para desmilitarizar las fuerzas de seguridad, para eliminar el ejército y la guardia nacional de la policía civil, y fortalecer la capacidad de los cuerpos de seguridad ciudadana.
- ¿Qué pasó con esa reforma policial?
Todo esto tiene que ver con la idea de que las políticas represivas son la forma de tratar con personas que no han sido beneficiadas por las políticas sociales. Obtienen la política de criminalización, la mano derecha del estado. También creo que la mayoría de la población encarcelada está esencialmente allí por delitos menores, que tiene que quedarse junto con los criminales más violentos y peligrosos. Esto también está íntimamente ligado a la violencia, cuando la población carcelaria aumenta, lo que ha sucedido en Venezuela, Brasil, en todo el continente ...
- ... Bajo gobiernos izquierdistas ...
- ¿Este problema cruza las fronteras ideológicas, entonces?
- ¿Hay alguna diferencia entre los estados gobernados por la revolución y la oposición?
- Y el OLP y la masacre de Barlovento en diciembre de 2016, cuando se supo que el ejército venezolano estaba implicado en el asesinato de doce jóvenes, ¿son un síntoma de esto?
Sé de primera mano de muchos casos en los cuales los hombres jóvenes eran criminales simplemente fueron ejecutados. Tengo un caso emblemático, y voy a escribir un homenaje a este muchacho porque fue como una tragedia griega, un muchacho de un barrio en que he estado trabajando como parte del Ministerio de las Comunidades. Al igual que muchos muchachos de su edad, estaba muy cerca de este problema de violencia, pero había logrado alejarse de él. Va a la casa de un amigo en Los Valles del Tuy en las afueras de Caracas, y la policía aparece allí buscando al enemigo. Matan a los tres hombres que están en la casa ese día, porque todos ellos son sospechosos de ser criminales. Los ejecutan, a sangre fría. Incluso huyendo de la violencia, al final, la violencia lo atrapa, como una especie de destino, una especie de tragedia griega, donde el protagonista intenta escapar de su destino, pero el destino finalmente lo atrapa. El destino de un muchacho joven de la clase trabajadora. Hay muchos, muchos casos como este, muchachos que son asesinados por tener caras sospechosas, la posesión ilegal de una cara, así lo llama un amigo mío. Alcanza con tener una cara joven y morena, es suficiente para que te maten o arresten.
Pero supongamos que tenemos todos estos casos, que están bien informados en la prensa, las organizaciones de derechos humanos, los consejos comunales, la oficina del Defensor del Pueblo y la oficina del Fiscal General, como el caso de Barlovento. Dejemos a todos esos criminales. No hay pena de muerte aquí, y sin embargo, en 2016 hubo 4000 muertes debido a la policía y 2000 en 2015. Incluso si todos estuvieran en enfrentamientos armados, esta es claramente una política altamente letal, como si estuviéramos en guerra.
Creo que el discurso punitivo que habla de paramilitares termina por justificar las políticas que dice combatir. Porque si son paramilitares, entonces estamos hablando de una hipótesis bélica y pueden justificar esta política de aniquilación, como en tiempo de guerra. En la guerra, buscas neutralizar a tu enemigo. Y eso significa aniquilarlo la mayor parte del tiempo. Y entonces, este discurso, esta hipótesis de los paramilitares justifica estas políticas. Los resultados de esta política, que van más allá del OLP como su aspecto más visible, son extremadamente preocupantes. Desde 2013, incluso antes de que comenzara el OLP, cuando esta violenta política policial comenzó, el número de homicidios no ha disminuido, sino que ha aumentado. Además, la cantidad de oficiales de policía muertos también ha aumentado. Eso significa que una de las víctimas de la política policial es la policía misma. La policía debería ser la primera en oponerse a esta política de exterminio, porque ellos mismos son las víctimas indirectas. El caso de Barlovento era totalmente esperado. Ha sucedido una y otra vez cuando la policía está autorizada, incluso incentivada a llevar a cabo prácticas abusivas. Terminas legitimando el abuso policial, y este abuso no tiene límites. Termina incluso siendo usado para ajuste de cuentas, o para intervenir en conflictos entre individuos. Por ejemplo, voy a matarlo, porque ha matado al otro tipo, y luego lo hago pasar por criminal y listo. Termina haciendo una bola de nieve, porque justifica la violencia policial. Y esos resultados se miden por la cantidad de personas muertas en enfrentamientos, son falsos positivos. La lógica de los falsos positivos en Colombia es la misma. La presión para producir resultados. Y, por supuesto, no pueden presentar estos resultados a través de los tribunales, porque esta no es una fuerza policial que investiga, no es una fuerza policial. Si presentan una orden juidicial de arresto, tienen el fracaso garantizado, por eso los matarán y presentarán la muerte como resultado de un enfrentamiento para justificar sus acciones. Pero esto iba a suceder tarde o temprano debido a la policía, las fuerzas de seguridad o, en este caso, el ejército. Es por eso que han tenido lugar casos como este, Barlovento es quizás el ejemplo más visible.
Debo admitir que fue un gesto importante y es que los militares inmediatamente asumieron su responsabilidad por la masacre de Barlovento y que esos responsables fueron castigados, y tenían derecho a un juicio justo, algo que no dieron a sus víctimas, las víctimas del OLP, a las víctimas de Barlovento les fue negado. Eso es lo menos que esperas de un estado democrático. Y entonces el OLP para mí es un fracaso, porque termina creando oportunidades para tratos ilegales, oportunidades ilegales para la policía, erosionando las bases sociales de apoyo a la revolución, y además, crea más violencia y exclusión contra los pobres, y son los pobres atrapados entre la violencia criminal y la violencia policial, que están cada día más vinculadas entre sí. Debido a que la violencia criminal es reforzada por la violencia policial, y policia alimenta la violencia criminal porque la usa como fuente de recursos por medio de la extorsión y la venta de armas. Creo que es muy importante que el gobierno tome medidas en relación con la masacre de Barlovento, porque si hay algo claro en relación con la violencia policial, es que las prácticas de la policía son sensibles a las señales del poder político. El número de muertes a manos de la policía desciende drásticamente cuando hay un evento como este, como Barlovento, y se producen señales de que este tipo de prácticas no serán toleradas. Por ejemplo, en 2006, con la masacre de Kennedy, cuando el ministro Jesse Chacón decidió llevar la investigación a las últimas consecuencias. Significa que las señales de este tipo desde las altas esferas del poder contra la policía tienen un efecto importante. Además de castigar a los responsables, envían una señal importante que puede conducir a una reducción del abuso policial.
- Entonces para ti las afirmaciones de la actividad paramilitar en Venezuela son solo discursos.
Y él responde: "mira Andrés, te diré algo, somos paramilitares, porque si los militares llegan al barrio, los vamos a parar". Estos muchachos no entienden de qué se trata el paramilitarismo. El gobierno los tiene etiquetados de una forma en ellos no entienden, pero que terminan viendo con cierta simpatía, porque lo ven a su manera. Pero estos no son grupos paramilitares, no hay presencia paramilitar. Eso es una mentira
- ¿Ni siquiera en la frontera entre Colombia y Venezuela?
- ¿Cuál es el mayor obstáculo para reformar este panorama?
- ¿Cómo juegan los temas de raza, género y masculinidad en todo esto?
En términos de masculinidad, es una explicación tanto de la violencia como de la respuesta a la violencia. Lo que sucede con los chicos con los que trabajo, digamos que su elemento central de su exclusión es el hecho de que su virilidad queda puesta en duda, su masculinidad, que está relacionada con la construcción del género en una sociedad machista y patriarcal. El hombre debería ser el proveedor, debería ser autónomo, debería ser independiente y, obviamente, un muchacho de 25 años que vive con su mamá, que no trabaja, que no puede tener una pareja estable porque no puede tener una casa, etc. etc. contradice ese estereotipo de hombre. Recordé a uno de estos muchachos pudo conseguir un trabajo, pero que lo dejó porque lo hacían limpiar el piso, y decía que eso es trabajo de mujeres. Esta es esencialmente una economía de servicios, y los pocos trabajos que existen son efectivamente trabajos de mujeres. Y entonces la violencia termina siendo una afirmación de masculinidad. Además, el reconocimiento necesario de estos hombres excluidos debe provenir de la afirmación de otros valores, masculinidades alternativas. Pero también está relacionado con el cuerpo. Porque los excluidos solamente tienen sus cuerpos. Para una mujer joven en el barrio que no pueden conseguir un trabajo, su objetivo será convertirse en una mami, una chica bonita, conseguir un novio malandro, o un policía, y ella puede usar su cuerpo para conseguir eso. Un joven del barrio también tiene su propio cuerpo, y esa es su capacidad para llevar a cabo la violencia. No estudió, no trabaja, no tiene un capital cultural como para conseguir un trabajo. Represión también recae sobre los hombres, porque hay una diferencia de género. Las chicas tienen acceso a programas anti-pobreza del gobierno como Madres del Barrio, pero los varones terminan en la cárcel. Pero este también es el caso con la violencia policial. He trabajado con la policía durante muchos años, y también hay un componente de masculinidad. Esta es una disputa sobre la masculinidad, porque la policía también proviene de la misma clase trabajadora. En 2006, cuando comenzamos la reforma policial, se llevaron a cabo diagnósticos en los centros de capacitación para la policía y en la universidad. Ese año, la principal demanda de plazas provino de jóvenes de la escuela secundaria en las escuelas públicas. Eso significa que ser un oficial de policía para muchachos de los barrios es una profesión muy atractiva. Aquí hay una simetría entre la policía y los malandros. Muchos de los muchachos que conozco están involucrados en eso. Tal vez si hubieran ido a la policía, en lugar de ser asesinados estarían fuera de los muchachos muertos, que son como ellos. La presión de la masculinidad también cae sobre la policía
- ¿Y el impacto en las mujeres en la familia, en la comunidad, las mujeres que están involucradas en la industria del sexo
Creo que tienes que ver el aumento de la represión policial ligado a la disminución del poder en manos de la gente. Son grupos socialmente devaluado, sin poder. Pero al mismo tiempo, la policía actúa con una lógica depredadora, una lógica que busca ganancias e incentivos económicos. En este sentido, las posibilidades de extorsión sobre las mujeres son muy frecuentes. Por esta razón, muchas trabajadoras sexuales terminan casándose con oficiales de policía, para que las defiendan de otros policías. Eso es poder contra la policía y otros ataques. Pero tiene mucho que ver con la extorsión. Los ataques contra trabajadoras sexuales transgénero no solo están motivados por evaluaciones morales, sino también por prácticas de extorsión, para obtener dinero de actividades ilegales. La represión también tiene un efecto muy significativo en las mujeres, y no solo en las trabajadoras sexuales. Una chica con la que estaba trabajando tenía una relación de pareja con un criminal, lo mataron hace tres semanas. Ahora ella está sola con una hija pequeña, sin trabajo ni dinero. Es una situación de bancarrota. Esta política de exterminar a los hombres jóvenes no solo termina eliminando el sustento de toda la familia, sino dejando a muchas viudas en una situación desesperada. Por eso creo que la clave para enfrentar esta represión es a través de la movilización de las mujeres, porque las mujeres sufren de manera muy grave, como madres y esposas, de esta violencia en todas sus expresiones, incluida la violencia policial.
- ¿Deseas hacer alguna observación final?
Fuente: New Cold War. https://www.newcoldwar.org/andres-antillano-the-revolution-has-an-outstanding-debt-to-the-socially-excluded/