Siguiendo con Marxito
El libro de Manuel Marx Menéndez, Marxito, se llama "¡Ay de los vencidos!". Toma su nombre de una frase despectiva hacia los romanos derrotados con la que un conquistador galo arroja su enorme espada a un plato de la balanza, para terminar la discusión de si el rescate en oro para recuperar la ciudad era o no el acordado. "Vae victis". El vencido no puede pretender justicia, está a merced del vencedor.
Expone detalladamente este punto, describe el "aquí no tienen derechos" con los que son recibidos en Libertad por los milicos y todo que sigue, que se extiende hasta hoy. Los bárbaros siguen impunes, siguen cobrando el rescate medido como a ellos se les da la gana, la espada sigue manejando la balanza.
Hice una primera nota de comentario de este libro y la corté en el punto en que la guerrilla tupamara fue vencida. La historia posterior es otra, ligada a la etapa anterior pero un drama diferente.
La primera parte del libro tiene dos elementos interesantes. Ya he visto opiniones de que no hay en él nada interesante, y también señalamientos de errores en tal o cual hecho o personaje. Lo que no tiene nada interesante, para mí, son esas supuestas correcciones.
Las "partes" que hago no son las del libro, la primera es hasta la caída, la segunda es Libertad, la tercera en libertad.
Dos cosas tiene la primera parte, una descripción muy detallada y clara y hasta lastimosa de lo que era la realidad de aquella guerrilla, y una tesis central: hubo un error conceptual desde el inicio al sobrevalorar el papel de la lucha armada en el proceso de lucha revolucionaria considerada globalmente. La descripción sirve para apoyar la tesis.
Se pueden sostener muchas cosas. Que ese cuadro es una falsedad, que la guerrilla funcionaba mucho mejor que lo que dice el autor, que son exageraciones, etc. Se puede discrepar con la tesis central y sostener que era correcto subordinar todas las formas de lucha popular a la lucha armada, o bien por el contrario que es una acusación injusta porque el MLNT nunca tuvo esa orientación. Esas sí serían discusiones interesantes.
No decir nada sobre esos aspectos principales del libro y salir con discusiones de detalles es, como dije, ver los árboles y no ver el bosque. Pero empeñarse en ver los árboles y no ver el bosque, y si alguien trata de percibir el bosque salir con ¡no, tal o cuál árbol tenía las ramas para el otro lado!
Por supuesto, eso es lo que yo leí en el libro desde mi lugar, puede haber otra lectura diciendo que leí cualquier cosa y el autor no dice eso en absoluto, también esa lectura mía puede ser un absurdo evidente, yo no soy de la "cofradía" y opino de meterete.
Si hay diferentes versiones sobre los hechos, le creo más a Marxito. Lo que me importa es señalar que su bosque sigue ahí, nadie se ocupa. ¿Es cierto que era la idea central subordinar toda la lucha popular a la lucha armada, y para eso era ESA lucha armada?
Marxito es muy moderado. Cita apenas una frase del "deberán subordinarse", y dice que nunca hubo autocrítica sobre eso (aunque se intentaron varias, a eso vamos).
No menciona los detalles en la táctica planteada, como forzar al gobierno a reprimir al pueblo para quitar el espacio de las acciones políticas legales y obligar a los reformistas a ponerse a la cola del movimiento armado, la metodología pensada para implementar esa concepción.
Subordinar todo a la lucha armada era solamente una manifestación particular del "subordinar todo a", que era la manía de la época. Al parlamento, a la verdad del Libro Rojo o de cualquier otro librito, al partido o al "germen de partido", o a lo que fuese. Marxito, respecto de esa enfermedad, hace un estudio de caso. Podríamos agregar muchos más. Los problemas del MLNT eran en gran parte -aunque de otra manera- los problemas de todas las corrientes revolucionarias de la época.
La segunda parte comienza en "Libertad" y la reorganización del MLNT dentro de la cárcel. Los intentos de autocrítica comienzan en ese entorno. Esta segunda parte refuerza claramente las ideas de la primera, y lo hace de la misma manera: mostrando simplemente como ocurren los hechos, dejando que los hechos hablen por sí. .
Lo que queda muy claro es que la dirección no tiene el menor interés en una autocrítica de abajo arriba, ni en ninguna renovación. Da su propio "golpe de estado" ahí adentro. Sería "a la dirección militar derrotada debe subordinarse todo". Queda clara la resistencia de la base (hablando de algo que era bastante difuso e inorgánico) a esos libretazos, como las "categorías A B y C" con que se sigue la copia.
Es muy significativo que la lucha continúe a pesar de la orientación oficial, como es el caso de la Huelga General. No es cierto lo que se dijo "justo ahora, los tupas no están". Estaban pero en otro lugar, estaban al revés, a la cola de la lucha espontánea. Estaban precisamente porque eran parte de esa lucha, estaban en otro lugar porque lo equivocado fue el lugar donde quisieron estar. Esa es la verdadera autocrítica, no dicha pero actuada.
En cuanto a la frase "nos quedamos sin estrategia", realmente, nunca la entendí. Tampoco nunca fue desarrollado ese concepto, hasta donde sé. Si el MLNT quedó sin estrategia en una fecha tan temprana como 1969 podría ser debido al fracaso de la estrategia de partida y a la incapacidad de reconocerlo y revisar esa estrategia.
La historia de la cárcel no tiene mucha otra cosa, porque la cárcel no permite gran cosa en lo cuantitativo. Sí lo cualitativo, el ejemplo de la resistencia, una variable personal que no es cosa de jerarquías ni ideologías ni currículum.
En cuanto a la historia de las fracciones, no da para mucho. La discusión sobre "fracciones sí, fracciones no" es cosa de locos, es como decir lluvia sí, lluvia no. Ahora lo podemos ver de otra manera porque toda esa mitología del "monolito" se rompió definitivamente, por suerte.
Las tendencias existen en cualquier organización política, no sólo son tan inevitables como la lluvia, son la vida de la organización. Las "fracciones" son una forma posible, cuando ocurren pueden ser (no necesariamente) una respuesta a la represión política interna a la manifestación de tendencias y la libre discusión.
Otra mitología es que una organización armada no puede tener libertad política de tendencias y fracciones por razones de seguridad. Todas las organizaciones armadas tuvieron tendencias, disidencias, discusiones internas de una manera u otra, y no pude decirse que las derrotas militares hayan sido por una excesiva discusión política interna, eso no ocurrió nunca en la historia. Siempre hay necesidad de discutir y rediscutir y poner en cuestión lo hecho y lo que se hace. Hay que buscar la forma.
Que las tendencias o fracciones hayan tenido orientaciones ideológicas equivocadas es otra cuestión, y tiene que ver con la pobreza ideológica de que se parte, que es un caso (acentuado por razones específicas de esa organización, pero no exclusivo) de la pobreza ideológica de la época (¡ni hablemos de la actual!). Marxito cita casos "de terror", pero no son más de terror que la fracción que da el golpe de estado y prohíbe las fracciones, que, dicho sea de paso, es lo mismo que pasó en el ejemplo "leninista".
No es un mal exclusivo del MLNT, por cierto. La gran mayoría de las organizaciones de la época incluyendo las "no-leninistas" proscribían la disidencia interna. En el otro extremo, y no creo que fuese lo mejor, estaba el Partido Socialista que era un cúmulo de tendencias y fracciones diferentes. Los "tupamaros" empezaron siendo una fracción del partido que funcionaba por fuera de él, sin duda no fue una forma "leninista".
Una de las cosas que necesita una organización antes de tomar las armas, antes de nada, es claridad de ideas. Riqueza de ideas, diversidad. Cultura de discusión. Lo necesitarás, porque las cosas no van a salir como esperabas, y te vas a "quedar sin estrategia". Eso es seguro.
También es cierto que la riqueza de ideas surge de la experiencia y no le los libros, y el "ante de" es más bien "por encima de". Nunca se va a prever de antemano lo que va a ocurrir. Todo el libro de Marxito lo muestra.
En el debate interno del MLNT se plantearon dos opciones, error ideológico o error estratégico. Entiendo -si es que entiendo- que hablar de error ideológico significaba cuestionar la orientación foquista original, y hablar de error estratégico sería en ese contexto negar que esa concepción estuviese equivocada y centrar la crítica en los problemas metodológicos o instrumentales a los que se llama estratégicos. Y la crítica ideológica es un cuestionamiento desde el volver a la "ortodoxia marxista-leninista", y así plateadas las opciones no sé si eso no es peor, y además no prosperó. Lo único que vemos acá como positivo -y es mucho- es la idea de la autocrítica como algo necesario, autocrítica conceptual del movimiento.
De lo producido en esas condiciones, el "Paso necesario y defectuoso" y la "Plataforma para la unidad mínima y amplia", es primero un esfuerzo para sobreponerse, y allí aparece en titulares el lineamiento de una autocrítica sobre el error conceptual del que habla Marxito. Ese y otros elementos muestran como el colectivo humano se va recuperando de la derrota sufrida.
Pero la organización como tal nunca se recuperará, se recuperrará el aparato que construirá otra cosa. Lo que surgirá luego de la cárcel será algo bastante diferente. Eso es la tercera parte.
.
Sigo con Marxito en otro momento, metiéndome. Dije que lo encuentro más creíble, y me quedó pendiente explicarlo.
Como criterio de credibilidad de la fuente doy valor positivo a la desimplicación y prioridad por lo universal y trascendente, y negativo al "I me mine, I me mine" que ha campeado en estas historias.
El libro de Manuel Marx Menéndez, Marxito, se llama "¡Ay de los vencidos!". Toma su nombre de una frase despectiva hacia los romanos derrotados con la que un conquistador galo arroja su enorme espada a un plato de la balanza, para terminar la discusión de si el rescate en oro para recuperar la ciudad era o no el acordado. "Vae victis". El vencido no puede pretender justicia, está a merced del vencedor.
Expone detalladamente este punto, describe el "aquí no tienen derechos" con los que son recibidos en Libertad por los milicos y todo que sigue, que se extiende hasta hoy. Los bárbaros siguen impunes, siguen cobrando el rescate medido como a ellos se les da la gana, la espada sigue manejando la balanza.
Hice una primera nota de comentario de este libro y la corté en el punto en que la guerrilla tupamara fue vencida. La historia posterior es otra, ligada a la etapa anterior pero un drama diferente.
La primera parte del libro tiene dos elementos interesantes. Ya he visto opiniones de que no hay en él nada interesante, y también señalamientos de errores en tal o cual hecho o personaje. Lo que no tiene nada interesante, para mí, son esas supuestas correcciones.
Las "partes" que hago no son las del libro, la primera es hasta la caída, la segunda es Libertad, la tercera en libertad.
Dos cosas tiene la primera parte, una descripción muy detallada y clara y hasta lastimosa de lo que era la realidad de aquella guerrilla, y una tesis central: hubo un error conceptual desde el inicio al sobrevalorar el papel de la lucha armada en el proceso de lucha revolucionaria considerada globalmente. La descripción sirve para apoyar la tesis.
Se pueden sostener muchas cosas. Que ese cuadro es una falsedad, que la guerrilla funcionaba mucho mejor que lo que dice el autor, que son exageraciones, etc. Se puede discrepar con la tesis central y sostener que era correcto subordinar todas las formas de lucha popular a la lucha armada, o bien por el contrario que es una acusación injusta porque el MLNT nunca tuvo esa orientación. Esas sí serían discusiones interesantes.
No decir nada sobre esos aspectos principales del libro y salir con discusiones de detalles es, como dije, ver los árboles y no ver el bosque. Pero empeñarse en ver los árboles y no ver el bosque, y si alguien trata de percibir el bosque salir con ¡no, tal o cuál árbol tenía las ramas para el otro lado!
Por supuesto, eso es lo que yo leí en el libro desde mi lugar, puede haber otra lectura diciendo que leí cualquier cosa y el autor no dice eso en absoluto, también esa lectura mía puede ser un absurdo evidente, yo no soy de la "cofradía" y opino de meterete.
Si hay diferentes versiones sobre los hechos, le creo más a Marxito. Lo que me importa es señalar que su bosque sigue ahí, nadie se ocupa. ¿Es cierto que era la idea central subordinar toda la lucha popular a la lucha armada, y para eso era ESA lucha armada?
Marxito es muy moderado. Cita apenas una frase del "deberán subordinarse", y dice que nunca hubo autocrítica sobre eso (aunque se intentaron varias, a eso vamos).
No menciona los detalles en la táctica planteada, como forzar al gobierno a reprimir al pueblo para quitar el espacio de las acciones políticas legales y obligar a los reformistas a ponerse a la cola del movimiento armado, la metodología pensada para implementar esa concepción.
Subordinar todo a la lucha armada era solamente una manifestación particular del "subordinar todo a", que era la manía de la época. Al parlamento, a la verdad del Libro Rojo o de cualquier otro librito, al partido o al "germen de partido", o a lo que fuese. Marxito, respecto de esa enfermedad, hace un estudio de caso. Podríamos agregar muchos más. Los problemas del MLNT eran en gran parte -aunque de otra manera- los problemas de todas las corrientes revolucionarias de la época.
La segunda parte comienza en "Libertad" y la reorganización del MLNT dentro de la cárcel. Los intentos de autocrítica comienzan en ese entorno. Esta segunda parte refuerza claramente las ideas de la primera, y lo hace de la misma manera: mostrando simplemente como ocurren los hechos, dejando que los hechos hablen por sí. .
Lo que queda muy claro es que la dirección no tiene el menor interés en una autocrítica de abajo arriba, ni en ninguna renovación. Da su propio "golpe de estado" ahí adentro. Sería "a la dirección militar derrotada debe subordinarse todo". Queda clara la resistencia de la base (hablando de algo que era bastante difuso e inorgánico) a esos libretazos, como las "categorías A B y C" con que se sigue la copia.
Es muy significativo que la lucha continúe a pesar de la orientación oficial, como es el caso de la Huelga General. No es cierto lo que se dijo "justo ahora, los tupas no están". Estaban pero en otro lugar, estaban al revés, a la cola de la lucha espontánea. Estaban precisamente porque eran parte de esa lucha, estaban en otro lugar porque lo equivocado fue el lugar donde quisieron estar. Esa es la verdadera autocrítica, no dicha pero actuada.
En cuanto a la frase "nos quedamos sin estrategia", realmente, nunca la entendí. Tampoco nunca fue desarrollado ese concepto, hasta donde sé. Si el MLNT quedó sin estrategia en una fecha tan temprana como 1969 podría ser debido al fracaso de la estrategia de partida y a la incapacidad de reconocerlo y revisar esa estrategia.
La historia de la cárcel no tiene mucha otra cosa, porque la cárcel no permite gran cosa en lo cuantitativo. Sí lo cualitativo, el ejemplo de la resistencia, una variable personal que no es cosa de jerarquías ni ideologías ni currículum.
En cuanto a la historia de las fracciones, no da para mucho. La discusión sobre "fracciones sí, fracciones no" es cosa de locos, es como decir lluvia sí, lluvia no. Ahora lo podemos ver de otra manera porque toda esa mitología del "monolito" se rompió definitivamente, por suerte.
Las tendencias existen en cualquier organización política, no sólo son tan inevitables como la lluvia, son la vida de la organización. Las "fracciones" son una forma posible, cuando ocurren pueden ser (no necesariamente) una respuesta a la represión política interna a la manifestación de tendencias y la libre discusión.
Otra mitología es que una organización armada no puede tener libertad política de tendencias y fracciones por razones de seguridad. Todas las organizaciones armadas tuvieron tendencias, disidencias, discusiones internas de una manera u otra, y no pude decirse que las derrotas militares hayan sido por una excesiva discusión política interna, eso no ocurrió nunca en la historia. Siempre hay necesidad de discutir y rediscutir y poner en cuestión lo hecho y lo que se hace. Hay que buscar la forma.
Que las tendencias o fracciones hayan tenido orientaciones ideológicas equivocadas es otra cuestión, y tiene que ver con la pobreza ideológica de que se parte, que es un caso (acentuado por razones específicas de esa organización, pero no exclusivo) de la pobreza ideológica de la época (¡ni hablemos de la actual!). Marxito cita casos "de terror", pero no son más de terror que la fracción que da el golpe de estado y prohíbe las fracciones, que, dicho sea de paso, es lo mismo que pasó en el ejemplo "leninista".
No es un mal exclusivo del MLNT, por cierto. La gran mayoría de las organizaciones de la época incluyendo las "no-leninistas" proscribían la disidencia interna. En el otro extremo, y no creo que fuese lo mejor, estaba el Partido Socialista que era un cúmulo de tendencias y fracciones diferentes. Los "tupamaros" empezaron siendo una fracción del partido que funcionaba por fuera de él, sin duda no fue una forma "leninista".
Una de las cosas que necesita una organización antes de tomar las armas, antes de nada, es claridad de ideas. Riqueza de ideas, diversidad. Cultura de discusión. Lo necesitarás, porque las cosas no van a salir como esperabas, y te vas a "quedar sin estrategia". Eso es seguro.
También es cierto que la riqueza de ideas surge de la experiencia y no le los libros, y el "ante de" es más bien "por encima de". Nunca se va a prever de antemano lo que va a ocurrir. Todo el libro de Marxito lo muestra.
En el debate interno del MLNT se plantearon dos opciones, error ideológico o error estratégico. Entiendo -si es que entiendo- que hablar de error ideológico significaba cuestionar la orientación foquista original, y hablar de error estratégico sería en ese contexto negar que esa concepción estuviese equivocada y centrar la crítica en los problemas metodológicos o instrumentales a los que se llama estratégicos. Y la crítica ideológica es un cuestionamiento desde el volver a la "ortodoxia marxista-leninista", y así plateadas las opciones no sé si eso no es peor, y además no prosperó. Lo único que vemos acá como positivo -y es mucho- es la idea de la autocrítica como algo necesario, autocrítica conceptual del movimiento.
De lo producido en esas condiciones, el "Paso necesario y defectuoso" y la "Plataforma para la unidad mínima y amplia", es primero un esfuerzo para sobreponerse, y allí aparece en titulares el lineamiento de una autocrítica sobre el error conceptual del que habla Marxito. Ese y otros elementos muestran como el colectivo humano se va recuperando de la derrota sufrida.
Pero la organización como tal nunca se recuperará, se recuperrará el aparato que construirá otra cosa. Lo que surgirá luego de la cárcel será algo bastante diferente. Eso es la tercera parte.
.
Sigo con Marxito en otro momento, metiéndome. Dije que lo encuentro más creíble, y me quedó pendiente explicarlo.
Como criterio de credibilidad de la fuente doy valor positivo a la desimplicación y prioridad por lo universal y trascendente, y negativo al "I me mine, I me mine" que ha campeado en estas historias.