La historia de Charlottesville fue escrita con sangre en Ucrania
> Ajamu Baraka
¿Cuál es el carácter de la política racista de derecha hoy? ¿Es el enloquecido supremacista blanco quien se enmarca en una manifestación antifascista en Charlottesville Virginia, o puede ser también laafirmación de Lindsay Graham de que un ataque contra Corea del Nortedejaría la pérdida de miles de vidas .... Pero esas vidas estarían"allá"? ¿Qué pasa con la reciente resolución unánime de ambas cámaras del Congreso en apoyo a Israel y las críticas a Naciones Unidas por su presunto sesgo anti-israelí? ¿Podría considerarse racista y derechista, ya que parece que el sufrimiento de los palestinos no es motivo de preocupación? ¿Y qué pasa con la votación de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos para ir incluso más allá de la obscena propuesta de la administración Trump de aumentar el presupuesto militar en 54.000 millones de dólares y en vez de eso agregar 74.000 millones de dólares al presupuesto del Pentágono?
Lo que me parece interesante acerca de la discusión actual en torno a lo que muchos señalan como envalentonamiento de la derecha radical supremacista blanca es lo fácil que es movilizar una oposición contra los supremacistas blancos toscos y abiertos que vimos en Charlottesville. Tan fácil, de hecho, que es realmente una distracción del trabajo más difícil y peligroso que debe hacerse para enfrentar a los verdaderos activistas de derecha.
La supremacía blanca que algunos de nosotros consideramos más insidiosa no se refleja en las imágenes simples y estereotipadas de los iracundos haciendo el saludo nazi, o incluso Donald Trump. No, es la ideología naturalizada de la supremacía blanca, y por lo tanto invisible, inculcada en las instituciones culturales y educativas, y las políticas que se derivan de esas ideas. Ese proceso no sólo produce los soldados tormentosos de la derecha radical armada y loca, también a los creyentes encubiertos como Robert Ruben de Goldman Sachs, Hillary Clinton, Barack Obama, Tony Blair y Nancy Pelosi - individuos "decentes" que nunca han cuestionado por un momento la superioridad de la civilización occidental, que creen completamente en el derecho y la responsabilidad del Occidente Blanco en determinar qué naciones deben tener soberanía y quiénes deben ser los líderes de las naciones "menores". Y que creen que no hay alternativa a las maravillas del capitalismo global, incluso si eso significa que miles de millones de seres humanos están consignados permanentemente a lo que Fanon llamó la "zona del no ser".
Esta es la supremacía blanca que me preocupa. Y aunque reconozco el peligro del violento movimiento derechista, estoy más preocupado por las políticas derechistas que están siendo promulgadas en leyes y políticas tanto por los demócratas como por los republicanos en todos los niveles del gobierno.
Hace más de dos años escribí:
"La brutal represión y deshumanización que se observó en toda Europa en los años treinta no ha encontrado expresión generalizada en los Estados Unidos y Europa, no todavía al menos. Sin embargo, grandes sectores de la izquierda estadounidense y europea parecen incapaces de reconocer que el eje U.S./NATO/EU que se compromete a mantener la hegemonía del capital occidental está desembocando en peligrosas colaboraciones con las fuerzas derechistas dentro y fuera de los gobiernos".
La intención de ese artículo era criticar el peligro inherente de manipulación cínica por la administración de Obama de los elementos derechistas en Ucrania para derrocar al gobierno democráticamente electo de Viktor Yanukovich. No sólo era peligroso y previsiblemente desastroso para el pueblo ucraniano, sino que además el apoyo estadounidense a un movimiento neofascista en Ucrania tuvo lugar en un contexto en el que la derecha política ganaba legitimidad y fuerza en toda Europa. El impacto político de la llegada al poder de la derecha en Ucrania no podría considerarse aislado del poder creciente de la derecha en otras partes. Lo que significaba que el objetivo mezquino y cortoplacista de Obama, de socavar a Rusia en Ucrania, tenía el efecto de potenciar a la derecha y cambiar el equilibrio de fuerzas en toda Europa.
Pero debido a que Obama era visto -equivocadamente- como un liberal, fue capaz de esquivar la mayoría de las críticas a su políticas en Ucrania, en Europa y en el país. De hecho, los liberales y la izquierda, tanto en Estados Unidos como en Europa, generalmente apoyaron sus políticas hacia Ucrania.
Sin embargo, juguetear con elementos derechistas en Ucrania y subestimar el creciente poder de la derecha, ha dado lugar a poderosos y peligrosos movimientos de derecha en ambos lados del Atlántico que han explotado eficazmente el racismo blanco endémico y las contradicciones de la globalización capitalista neoliberal . La ascendencia de Donald Trump no puede descontextualizarse de la actual política racial, de clase y de género, aquí y en el extranjero.
La "derecha alternativa" que apareció en Charlottesville imita las tácticas de los soldados neofascistas de primera línea que orquestaron el golpe en Ucrania, pero todo el mundo está diciendo que esto es un resultado de Trump. El hecho objetivo es que los Estados Unidos se han convertido en una peligrosa sociedad de derecha como resultado de un cambio constante hacia la derecha en las últimas cuatro décadas. La idea de que la elección de Trump de alguna manera "creó" esta derecha no puede tomarse en serio y no puede reducirse a las expresiones toscas de la ultra derecha.
Las estructuras del poder blanco, es decir, las estructuras e instituciones que proporcionan la base material de la supremacía blanca euroamericana y su reproducción ideológica, deberían ser el centro de la oposición radical. Pero el orden capitalista y sus instituciones -la Organización Mundial del Comercio, el FMI, el Banco Mundial y la educación superior occidentalizada global que sirve como base material para el poder supremacista blanco hegemónico- escapan al escrutinio crítico porque la atención popular se dirige contra David Duke y Donald Trump.
Trump y la nueva derechat se han convertido en distracciones útiles para los liberales supremacistas blancos y los izquierdistas, que prefieren luchar contra esas caricaturas superficiales del racismo, antes que participar enesfuerzos ideológicos más difíciles que impliquen un auténtico sacrificio, una purificándose de todo sentimentalismo racial asociado con la mitología del "lugar del hombre blanco", la civilización blanca y la blancura en el mundo, con el fin de evitar el curso justiciero que resultará por la pérdida del privilegio material blanco.
Mirando la supremacía blanca desde este ángulo más amplio, está claro que el apoyo al Estado israelí, la guerra contra Corea del Norte, el encarcelamiento masivo de negros y ·oscuros", el grotesco presupuesto militar, la gentrificación urbana, la subversión en Venezuela, la guerra estatal contra el negro y la gente "de color" de todos los géneros, y la guerra contra los derechos reproductivos, están entre las muchas manifestaciones de una ideología de derecha arraigada que no puede ser conveniente y oportunisticamente reducida a Trump y a los republicanos.
Y cuando entendemos que la supremacía blanca no es sólo lo que está en la cabeza de alguien, sino que es también una estructura global con impactos continuos y devastadores sobre la gente del mundo, entenderemos mejor por qué algunos de nosotros hemos dicho que para que el mundo viva, el supremacista blanco de 525 años de Pan-europeísmo, el patriarcado colonial / capitalista, debe morir.
Tu elección es clara: O te unes a nosotros como sus sepultureros, o te rindes a al privlegio racial y de clase y te unes al frente blanco unido "policlasista". la nueva derecha "alternativa" está esperando, tomando reclutas de la izquierda que está cansada de las "políticas de identidad".
[Ajamu Baraka es organizador nacional de la Alianza Negra por la Paz y fue en 2016 candidato a la vicepresidencia por el Partido Verde. Es editor y columnista colaborador del Black Agenda Report y columnista colaborador de la revista Counterpunch.]
Fuente: https://www.counterpunch.org/2017/08/17/the-story-of-charlottesville-was-written-in-blood-in-the-ukraine/
En Semanrio Alternativas: http://www.semanario-alternativas.info/PORTADA/Art/%23moyano/articulos/La_historia_de_Charlottesville.html
> Ajamu Baraka
¿Cuál es el carácter de la política racista de derecha hoy? ¿Es el enloquecido supremacista blanco quien se enmarca en una manifestación antifascista en Charlottesville Virginia, o puede ser también laafirmación de Lindsay Graham de que un ataque contra Corea del Nortedejaría la pérdida de miles de vidas .... Pero esas vidas estarían"allá"? ¿Qué pasa con la reciente resolución unánime de ambas cámaras del Congreso en apoyo a Israel y las críticas a Naciones Unidas por su presunto sesgo anti-israelí? ¿Podría considerarse racista y derechista, ya que parece que el sufrimiento de los palestinos no es motivo de preocupación? ¿Y qué pasa con la votación de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos para ir incluso más allá de la obscena propuesta de la administración Trump de aumentar el presupuesto militar en 54.000 millones de dólares y en vez de eso agregar 74.000 millones de dólares al presupuesto del Pentágono?
Lo que me parece interesante acerca de la discusión actual en torno a lo que muchos señalan como envalentonamiento de la derecha radical supremacista blanca es lo fácil que es movilizar una oposición contra los supremacistas blancos toscos y abiertos que vimos en Charlottesville. Tan fácil, de hecho, que es realmente una distracción del trabajo más difícil y peligroso que debe hacerse para enfrentar a los verdaderos activistas de derecha.
La supremacía blanca que algunos de nosotros consideramos más insidiosa no se refleja en las imágenes simples y estereotipadas de los iracundos haciendo el saludo nazi, o incluso Donald Trump. No, es la ideología naturalizada de la supremacía blanca, y por lo tanto invisible, inculcada en las instituciones culturales y educativas, y las políticas que se derivan de esas ideas. Ese proceso no sólo produce los soldados tormentosos de la derecha radical armada y loca, también a los creyentes encubiertos como Robert Ruben de Goldman Sachs, Hillary Clinton, Barack Obama, Tony Blair y Nancy Pelosi - individuos "decentes" que nunca han cuestionado por un momento la superioridad de la civilización occidental, que creen completamente en el derecho y la responsabilidad del Occidente Blanco en determinar qué naciones deben tener soberanía y quiénes deben ser los líderes de las naciones "menores". Y que creen que no hay alternativa a las maravillas del capitalismo global, incluso si eso significa que miles de millones de seres humanos están consignados permanentemente a lo que Fanon llamó la "zona del no ser".
Esta es la supremacía blanca que me preocupa. Y aunque reconozco el peligro del violento movimiento derechista, estoy más preocupado por las políticas derechistas que están siendo promulgadas en leyes y políticas tanto por los demócratas como por los republicanos en todos los niveles del gobierno.
Hace más de dos años escribí:
"La brutal represión y deshumanización que se observó en toda Europa en los años treinta no ha encontrado expresión generalizada en los Estados Unidos y Europa, no todavía al menos. Sin embargo, grandes sectores de la izquierda estadounidense y europea parecen incapaces de reconocer que el eje U.S./NATO/EU que se compromete a mantener la hegemonía del capital occidental está desembocando en peligrosas colaboraciones con las fuerzas derechistas dentro y fuera de los gobiernos".
La intención de ese artículo era criticar el peligro inherente de manipulación cínica por la administración de Obama de los elementos derechistas en Ucrania para derrocar al gobierno democráticamente electo de Viktor Yanukovich. No sólo era peligroso y previsiblemente desastroso para el pueblo ucraniano, sino que además el apoyo estadounidense a un movimiento neofascista en Ucrania tuvo lugar en un contexto en el que la derecha política ganaba legitimidad y fuerza en toda Europa. El impacto político de la llegada al poder de la derecha en Ucrania no podría considerarse aislado del poder creciente de la derecha en otras partes. Lo que significaba que el objetivo mezquino y cortoplacista de Obama, de socavar a Rusia en Ucrania, tenía el efecto de potenciar a la derecha y cambiar el equilibrio de fuerzas en toda Europa.
Pero debido a que Obama era visto -equivocadamente- como un liberal, fue capaz de esquivar la mayoría de las críticas a su políticas en Ucrania, en Europa y en el país. De hecho, los liberales y la izquierda, tanto en Estados Unidos como en Europa, generalmente apoyaron sus políticas hacia Ucrania.
Sin embargo, juguetear con elementos derechistas en Ucrania y subestimar el creciente poder de la derecha, ha dado lugar a poderosos y peligrosos movimientos de derecha en ambos lados del Atlántico que han explotado eficazmente el racismo blanco endémico y las contradicciones de la globalización capitalista neoliberal . La ascendencia de Donald Trump no puede descontextualizarse de la actual política racial, de clase y de género, aquí y en el extranjero.
La "derecha alternativa" que apareció en Charlottesville imita las tácticas de los soldados neofascistas de primera línea que orquestaron el golpe en Ucrania, pero todo el mundo está diciendo que esto es un resultado de Trump. El hecho objetivo es que los Estados Unidos se han convertido en una peligrosa sociedad de derecha como resultado de un cambio constante hacia la derecha en las últimas cuatro décadas. La idea de que la elección de Trump de alguna manera "creó" esta derecha no puede tomarse en serio y no puede reducirse a las expresiones toscas de la ultra derecha.
Las estructuras del poder blanco, es decir, las estructuras e instituciones que proporcionan la base material de la supremacía blanca euroamericana y su reproducción ideológica, deberían ser el centro de la oposición radical. Pero el orden capitalista y sus instituciones -la Organización Mundial del Comercio, el FMI, el Banco Mundial y la educación superior occidentalizada global que sirve como base material para el poder supremacista blanco hegemónico- escapan al escrutinio crítico porque la atención popular se dirige contra David Duke y Donald Trump.
Trump y la nueva derechat se han convertido en distracciones útiles para los liberales supremacistas blancos y los izquierdistas, que prefieren luchar contra esas caricaturas superficiales del racismo, antes que participar enesfuerzos ideológicos más difíciles que impliquen un auténtico sacrificio, una purificándose de todo sentimentalismo racial asociado con la mitología del "lugar del hombre blanco", la civilización blanca y la blancura en el mundo, con el fin de evitar el curso justiciero que resultará por la pérdida del privilegio material blanco.
Mirando la supremacía blanca desde este ángulo más amplio, está claro que el apoyo al Estado israelí, la guerra contra Corea del Norte, el encarcelamiento masivo de negros y ·oscuros", el grotesco presupuesto militar, la gentrificación urbana, la subversión en Venezuela, la guerra estatal contra el negro y la gente "de color" de todos los géneros, y la guerra contra los derechos reproductivos, están entre las muchas manifestaciones de una ideología de derecha arraigada que no puede ser conveniente y oportunisticamente reducida a Trump y a los republicanos.
Y cuando entendemos que la supremacía blanca no es sólo lo que está en la cabeza de alguien, sino que es también una estructura global con impactos continuos y devastadores sobre la gente del mundo, entenderemos mejor por qué algunos de nosotros hemos dicho que para que el mundo viva, el supremacista blanco de 525 años de Pan-europeísmo, el patriarcado colonial / capitalista, debe morir.
Tu elección es clara: O te unes a nosotros como sus sepultureros, o te rindes a al privlegio racial y de clase y te unes al frente blanco unido "policlasista". la nueva derecha "alternativa" está esperando, tomando reclutas de la izquierda que está cansada de las "políticas de identidad".
[Ajamu Baraka es organizador nacional de la Alianza Negra por la Paz y fue en 2016 candidato a la vicepresidencia por el Partido Verde. Es editor y columnista colaborador del Black Agenda Report y columnista colaborador de la revista Counterpunch.]
Fuente: https://www.counterpunch.org/2017/08/17/the-story-of-charlottesville-was-written-in-blood-in-the-ukraine/
En Semanrio Alternativas: http://www.semanario-alternativas.info/PORTADA/Art/%23moyano/articulos/La_historia_de_Charlottesville.html