LA REVOLUCIÓN QUE NO OCURRIÓ
UNA OPINION PERSONAL
Lástima que ella no pueda vivir, pero ¿quien puede? - Gaff (E.J.Olmos) a Deckard (H.Ford) en Blade Runner
El príncipe que teme más al pueblo que a los extranjeros debe construir fortalezas; pero el que teme más a los extranjeros que al pueblo debe pasarse sin ellas. No hay mejor fortaleza que el no ser odiado por el pueblo porque si el pueblo aborrece al príncipe no lo salvarán todas las fortalezas que posea pues nunca faltan al pueblo, una vez que ha empuñado las armas, extranjeros que lo socorran.- N. Maquiavelo (1)
Y la segunda es, medio por el costado, una cierta descripción de la situación planteada. Salvo que aquí no podemos hablar de “pueblo” sino de un sector de burguesía y pequeño-burguesía, y una parte descontenta de sectores populares. Y tampoco han tomado las armas en serio porque para eso hay que tener algo más que armas.
De nuevo: también en relación a Cuba hay posiciones diferentes, pero si queremos hacer una valoración global y en perspectiva del camino cubano es útil compararlo con el venezolano. Claro está que comparamos cosas diferentes en tiempos y condiciones diferentes, procesos sociales, fuerzas motrices y programas diferentes, pero por eso comparamos. El huevo y la piedra son muy diferentes, comparamos para entender.
Cuba
ha sufrido una agresión externa permanente durante casi setenta
años, guerra económica, boqueo, cerco político, injerencia,
amenazas y más que eso: una invasión armada directa. Y la
expulsaron de la OEA sin tanta vuelta.
"Calor
maternal" para empollar había, pero no había huevo. Cierto es
que Cuba tuvo aliados internacionales, también es cierto que los
perdió. Cuando eso ocurrió la situación interna y las carencias
del pueblo fueron terribles.
Entre
Cuba y Venezuela hay lazos fraternales y una afinidad de base,
también una alianza táctica, pragmática, dictada por la necesidad
de complementarse. Pero los caminos estratégicos de cada proceso han
sido radicalmente diferentes. Y por eso tenemos resultados
diferentes.
Seria
exagerado y ridículo decir que el proceso cubano ha permitido llegar
a la solidez de "la piedra", una simplificación peligrosa.
Pero hay una diferencia de calidad con Venezuela. En el llamado
"periodo especial" Cuba afrontó las mayores penurias y
aislamiento internacional, con menos recursos y con más peligro
todavía.
La
revolución cubana tuvo graves errores y limitaciones, cuyas
consecuencias de una forma u otra llegan hasta hoy, y que agravaron
profundamente aquel "período especial". Y
Cuba no
tiene petróleo, su
importación
cayó a la décima parte de lo que era en los tiempos de la Unión
Soviética. Eso paralizó la industria, la agricultura,
la ganadería y el transporte. Se debió recurrir a mecanismos
alternativos, como la agricultura sustentable (siguiendo un modelo
australiano de “permacultura”), que fue un verdadero cambio de
paradigma del cual todos podríamos aprender. ¡Debieron haberlo
hecho antes en vez de atornillarse a la dependencia soviética! Pero
¿por qué pudieron, aunque fuese obligados y a los ponchazos,
recorrer esos caminos en vez de colapsar?
Porque
tenían una base mínima para hacerlo. No quedaron presos de la
especulación de los acaparadores porque ya habían roto el espinazo
del poder burgués. Tenían el control de los medios de producción,
aunque fuesen los de un país pobre, para poder instrumentar las
soluciones de emergencia. Porque en Cuba hubo una revolución social.
¿Cómo fue esa revolución? Ni fue lo mejor ni fue lo peor. Analizar ese proceso nos llevaría a otro terreno y ya lo haremos. La dependencia del sistema burocrático de la URSS tuvo también su correlato burocrático en Cuba y sus consecuencias negativas. Pero a diferencia de otros procesos burocráticos que colapsaron junto con la URSS la revolución cubana tuvo un componente por abajo y una fuerza propia, eso le permitió sobrevivir. (3)
Vamos
a Venezuela. A principios de siglo Hugo Chávez lanzó el concepto de
“Socialismo del Siglo XXI”. Más allá de la ensalada ideológica
que siempre lo caracterizó, esto tuvo dos méritos enormes. Primero,
volver a poner nuevamente en la vidriera “oficial” la idea del
SOCIALISMO, recuperarla del descarte como basura a la que la estaban
condenando. Segundo, tomar distancia del llamado “socialismo real”,
en un sentido crítico.
Pero
más allá del cambio del título, la propuesta de Chávez siguió
siendo lo mismo que con el título que tenía antes, “Tercera Vía”,
un “socialismo liberal” (4).
El
llamado proceso bolivariano fue un intento de equilibrar la
continuidad del modo capitalista de producción y de la propiedad
capitalista, con la mayor distribución posible y la más amplia
política socialdemócrata en esa coyuntura. A diferencia de los
“Estados de Bienestar” de la post-guerra (que obedecieron a
razones de fondo parecidas) en este caso hubo un componente muy
fuerte de movilización popular. Ese movimiento social tuvo
iniciativas propias en momentos críticos de la lucha que fueron
fundamentales. Pero no fue ese el aspecto dominante.
Lo
dominante en el plano político fue un fenómeno bonapartista que
recordaba en algo el formato populista que vivió nuestro continente
hace varias décadas. Y responde al mismo tipo de correlación de
clases. Una “democracia liberal” cerradamente elitista es
desbordada por las demandas populares inorgánicas. El “vacío de
poder” se llena por ese equilibrio político inestable SIN RUPTURA
del sistema social. Y en esa “silla” en la estructura de clases y
la correlación de fuerzas en la coyuntura, se instala ese formato
político.
Por
cierto, eso tiene los límites de la coyuntura, impuestos por la
estructura de base de la sociedad. En este caso esos límites se
manifestaron en el agotamiento de la bonanza petrolera, pero así es
como se MANIFESTARON. Los límites de un material están dados por la
naturaleza propia del material, no por las circunstancias externas.
Lo
barato sale caro, el camino fácil termina siendo difícil. Y por
supuesto, nada tiene que ver el tema de los liderazgos personales y
sus características. Centrar en la diferencia entre Chávez y Maduro
sería como que los problemas de Cuba hoy se debiesen a que Raúl no
le llega ni a los tobillos a Fidel, lo que sin duda es cierto pero no
está allí el problema.
Tampoco
ha sido un proceso auténticamente antiimperialista. No dudamos que
la intención del chavismo haya sido esa, y es muy claro su discurso
antiimperialista. Pero no se tradujo en hechos, al menos en los
hechos fundamentales, a saber: ruptura con la dependencia basada en
una economía capitalista extractiva exportadora hacia el centro
imperialista.
Y
allí está nuestra segunda conclusión, y tenemos que aprovechar el
contundente juicio de los hechos sobre esta experiencia para que esa
conclusión sea de una buena vez asimilada por la izquierda de
intención socialista de Nuestra América. Hay que abandonar toda esa
leyenda de “segunda independencia”, “liberación nacional”
(dentro del capitalismo), fases o etapas preparatorias (dentro del
capitalismo), frentes “patrióticos”. Y no olvidar “fuerzas
armadas (de tipo pretoriano burgués) patrióticas”. La experiencia
venezolana debe servir en primer lugar para eso.
Por
último, toda esta confusión ideológica es nuestra carencia. De los
socialistas, de nadie más. Ocurre porque todavía no hemos ajustado
cuentas con nosotros mismos, con el replanteo del proyecto
socialista. Por eso vienen estos “socialismos del siglo XXI”.
Y
esa es nuestra tercera conclusión. Y con eso es todo “por ahora”,
como decía Chávez.
Solamente,
para terminar esta nota, volvemos brevemente a donde empezamos. La
relación entre la agresión imperialista externa y la rebelión
burguesa interna.
La
rebelión burguesa intenta revertir ese “estado de bienestar” ya
en franca decadencia para volver al neoliberalismo clásico con su
apropiación oligárquica de la renta petrolera, de cuya crisis
emergió el chavismo. Tiene dos grandes obstáculos. Uno,
difícilmente la historia retroceda linealmente. Dos, la incapacidad
congénita de la “burguesía compradora” venezolana, porque el
oportunismo chavista es una copia mejorada del oportunismo
parasitario tradicional de la burguesía venezolana.
Pero
es obvio que esa oposición intenta aprovechar los “cachones” que
deja la incapacidad del gobierno de Maduro, y esa incapacidad es
producto de la decadencia del proyecto original. Esto se manifiesta
en el descontento de sectores populares relativamente amplios, aunque
no mayoritarios por ahora. El problema acuciante es que el gobierno
de Maduro no tiene respuesta a esos problemas de fondo. Por eso viene
toda esta parafernalia teatral de sobrecompensación.
La
oposición burguesa trata de compensar su debilidad intrínseca
buscando la intervención directa imperialista. POR AHORA no va a
pasar. El imperialismo está más interesado en esperar que el
desgaste de Maduro se complete, y que la izquierda latinoamericana se
desprestigie más y más, como está pasando. Quiere sacar el mayor
provecho de este hundimiento. Pero tampoco las tiene todas consigo,
los problemas se le multiplican en todo el mundo y es probable que la
furia de Trump termine siendo una eyaculación precoz.
Y
tal vez una consecuencia inmediata no deseada por ellos, es que la
oposición burguesa venezolana se vaya desgastando más rápidamente
todavía que el gobierno, debido a que no consigue derrocarlo.
Tendríamos
que estar en condiciones de aprovechar esas dos debilidades, por si
acaso se pudiese meter algo por la hendija. Es probable que algo de
eso termine ocurriendo por la presión de la lucha social. Con lo que
no podemos estar de acuerdo es con la “fidelidad de la fe” hacia
el proyecto fracasado. Y mucho menos con la apuesta al bonapartismo
militarista de las “fuerzas armadas patrióticas”.
¿”Construir
fortalezas”?
Lástima que ella no pueda vivir, pero ¿quien puede? - Gaff (E.J.Olmos) a Deckard (H.Ford) en Blade Runner
El príncipe que teme más al pueblo que a los extranjeros debe construir fortalezas; pero el que teme más a los extranjeros que al pueblo debe pasarse sin ellas. No hay mejor fortaleza que el no ser odiado por el pueblo porque si el pueblo aborrece al príncipe no lo salvarán todas las fortalezas que posea pues nunca faltan al pueblo, una vez que ha empuñado las armas, extranjeros que lo socorran.- N. Maquiavelo (1)
La
primera
de esas frases me vino a la cabeza porque si a la novia de Harrison
Ford le quedaba poco tiempo de vida era por ser una androide, y con
la Constituyente en Venezuela es parecido, una creación artificial y
de último momento.
Y la segunda es, medio por el costado, una cierta descripción de la situación planteada. Salvo que aquí no podemos hablar de “pueblo” sino de un sector de burguesía y pequeño-burguesía, y una parte descontenta de sectores populares. Y tampoco han tomado las armas en serio porque para eso hay que tener algo más que armas.
Lo
que pasa en Venezuela es complejo. Quiero empezar por la vinculación
del problema interno con el contexto internacional.
Venezuela
está viviendo un fuerte embate de injerencia extranjera, cerco
político, y también amenazas de intervención directa. Esto se suma
A (o A ESTO se suma, según se vea) el conflicto
interno.
Denunciar
y enfrentar esa agresión externa es fundamental, es ya la primera
reacción solidaria de la izquierda del continente (incluyendo a la
“no tan izquierda”), e incluso es la oportunidad de golpear
juntos, más allá de la postura que tengamos sobre el proceso
venezolano. Pero esas diferencias van a continuar y es necesario
encarar de una vez el problema de fondo; ya bastante mal andamos.
También es una oportunidad para eso, la primera realmente importante
en mucho tiempo, y eso se debe a la importancia de dicha experiencia.
En
el terreno del análisis, si me permiten y sin ninguna intención
“bíblica”, quiero recordar un viejo texto.
“...los
cambios en la naturaleza son ocasionados principalmente por el
desarrollo de las contradicciones internas de ésta, y los cambios en
la sociedad se deben principalmente al desarrollo de las
contradicciones internas de la sociedad... lo que hace avanzar la
sociedad e impulsa la sustitución de la vieja sociedad por la nueva.
¿Excluye la dialéctica materialista las causas externas? No. La
dialéctica materialista considera que las causas externas
constituyen la CONDICIÓN del cambio, y las causas internas, su BASE,
y que AQUELLAS ACTÚAN A TRAVÉS DE ÉSTAS. A
una temperatura adecuada, un huevo se transforma en pollo, pero
ninguna temperatura puede transformar una piedra en pollo, porque sus
bases son diferentes”. (El
subrayado es mío).
No
importa quién lo dijo, pero los ratones de biblioteca reconocerán a
Mao (Sobre la contradicción)
(2) y
tal vez a alguno le huela a viejo, pero también tenían cosas lindas
los viejos tiempos, como esa metáfora del huevo y la piedra.
Menos
que quién lo dijo importa si lo que allí se dice es correcto. Y no
hablo en abstracto sino en este caso concreto.
¿Cuál
es la BASE del
conflicto que vive hoy Venezuela? ¿La agresión extranjera o las
contradicciones sociales internas? Que las dos cosas están
asociadas, y que se alimentan mutuamente, ya lo sabemos. Pero eso no
contesta la pregunta. ¿Y de dónde vienen esas contradicciones, por
qué estallan ahora, por qué han permanecido sin resolverse durante
todo ese proceso?
Voy
a comenzar con una comparación: Venezuela con Cuba. El huevo y la
piedra.
De nuevo: también en relación a Cuba hay posiciones diferentes, pero si queremos hacer una valoración global y en perspectiva del camino cubano es útil compararlo con el venezolano. Claro está que comparamos cosas diferentes en tiempos y condiciones diferentes, procesos sociales, fuerzas motrices y programas diferentes, pero por eso comparamos. El huevo y la piedra son muy diferentes, comparamos para entender.
¿Cómo fue esa revolución? Ni fue lo mejor ni fue lo peor. Analizar ese proceso nos llevaría a otro terreno y ya lo haremos. La dependencia del sistema burocrático de la URSS tuvo también su correlato burocrático en Cuba y sus consecuencias negativas. Pero a diferencia de otros procesos burocráticos que colapsaron junto con la URSS la revolución cubana tuvo un componente por abajo y una fuerza propia, eso le permitió sobrevivir. (3)
Las
políticas de los gobiernos no salen de las cabezas de los
gobernantes, salen de la realidad, y es la realidad lo que mete las
ideas en esas cabezas. Pero la realidad no es una fatalidad, es lo
que se impone A PARTIR del camino que se elije, de determinadas
fuerzas motrices en la lucha social.
En
Venezuela no hubo una revolución social, hubo un reformismo
redistributivo radical que fue la ALTERNATIVA A la revolución
social, la alternativa DENTRO del capitalismo. Y por cierto que no
estamos hablando de intenciones ni de estafas premeditadas porque no
cultivamos las teorías de la conspiración, estamos hablando de
situaciones de hecho que se dan partir de las opciones de base. NO
FUE una revolución social anticapitalista y antiimperialista como sí
lo fue el camino cubano, porque no hubo una transformación en las
relaciones de propiedad y en la estructura de clases de la sociedad.
Y
si decimos “fue”, es porque FUE. El proceso chavista ya está en
su fase de declive, y no se puede recuperar porque las condiciones
para su auge ya no existen, y porque no puede cambiar su naturaleza.
La
razón de los problemas que vive hoy Venezuela es que nunca hubo allí
una ruptura revolucionaria. Esa es la primera conclusión que debemos
sacar, y estamos acá para defender lo conquistado y resistir el
retroceso, pero también estamos para sacar conclusiones.
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1)
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/principe/20.html
2)
https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/OC37s.html
3)
Desconexión,
reinserción y socialismo en Cuba.
http://www.semanario-alternativas.info/archivos/2017/7-julio/463/PORTADA/Art/%23moyano/articulos/Fernando_Martinez_Heredia.html
4)
https://es.wikipedia.org/wiki/Socialismo_del_siglo_XXI
Ven en Semanarios Aletrnativas:
https://n0estandificil.blogspot.be/2017/08/la-revolucion-que-no-ocurrio-p-margin.html
Ven en Semanarios Aletrnativas:
https://n0estandificil.blogspot.be/2017/08/la-revolucion-que-no-ocurrio-p-margin.html