El jaque de la LUC - 2
Una
opinión personal
Segunda
parte, puede verse la primera aquí
2. No “en contra de” sino “a pesar de”
En
la primera parte de esta serie hemos hablado de como el referéndum
contra la LUC ha sido uno de los móviles que han llevado nuevamente
la militancia a las calles. No el único, pero el que puede ser el
principal espacio de encuentro para la acción. Ciertamente, el
objetivo limitado a una intervención electoral puede considerarse
muy parcial, y lo es. Pero no es un objetivo aislado. Eso es así precisamente
por ser la LUC una “ley ómnibus” que comprende numerosas
ofensivas antipopulares de las clases dominantes. La respuesta a
ella, podría ser, sí, meramente electoral y limitada al texto de
esos 135 arts. Pero no sólo no tiene por qué ser de esa manera sino
que ESA sería la manera de perder el referéndum.
La
lógica de la lucha OBLIGARÁ. Antes que nada digamos dos
cosas que van en contra de lo que acabamos de decir, dos cosas que
son muy claras pero igual hay que decirlas.
a.-
El resultado del referéndum es incierto. Se puede ganar o se puede
perder.
b.- Las fuerzas que están (y seguirán) a la cabeza no
hacen mucha fuerza para ganar. Su estrategia conciliadora ha frenado
la confrontación, y sigue frenándola. Les ha sido y sigue siendo
preferible perder lo menos que ganar lo más. Y más aun. La idea
dominante que hay de "ganar lo más" es poder seguir como
hasta ahora. Que en la cultura uruguaya impera una mentalidad
conservadora no es novedad.
Bien se sabe que la fuerza que dirige esta campaña es el complejo FA-PitCnt cuya relación interna no es lineal y ambas estructuras, muy burocratizadas, tienen también sus contradicciones horizontales y verticales. Tienen fracciones, fracciones de fracciones, tensiones base-dirección, diversidad de grupos con un peso mayor o menor cada uno, etc. Muchas veces la fuerza de un sector dentro de uno de esas entidades le viene, no por su insersión en esa estructura sino por importancia en la otra, y eso funciona para un lado y para el otro. Sus pesos relativos van cambiando. Quien ayer era importante hoy pude ser un fantasma. Ambas estructuras evolucionan muy lentamente.
Veamos esto como una locomotora con vagones. Una imagen del panorama global puede ser: la locomotora frena, la inercia de los vagones empuja. La locomotora quiere frenar, pero si frena demasiado descarrilará. Los vagones empujan, pero si empujan demasiado descarrilarán. Y no hay vías alternativas ni ramales laterales. Y si venimos en bajada…
Vayamos a lo principal. Dos más dos son 4.
En nuestra nota anterior explicamos la principalía del referéndum de la LUC como factor dentro de la escena política de la lucha de clases del país en esta coyuntura. Significa poco decir “no me gusta”, y que el eje debería pasar por otro lado. Pasa por ahí, punto.
El “no me gusta”, o dicho más seriamente, el argumento de que esa principalía de la LUC está en realidad al servicio de una disputa superestructural entre dos estructuras político-partidarias burguesas, el FA y los multifachos, lo veremos más adelante en esta serie. Y veremos allí el tema de la relación clase-partido para las distintas clases y en especial la múltiple relación de una misma estructura partidaria con distintas clases sociales; ya abordamos eso en relación al FA en nuestra nota anterior. Pero, como sea, es un hecho que el referéndum por 135 artículos de la LUC tiene ese lugar, nos guste o no.
También
es un hecho indiscutible que el rol principal en ese
enfrentamiento a la LUC, parcial, y en el plano electoral, lo ocupan el
Frente Amplio y el PIT-CNT. La militancia frenteamplista en los Comités de Base juntó más de la mitad de las firmas por la iniciativa parcial, e incluso algunas por la total. También han recolectado muy numerosas firmas los sindicatos, y en ellos la mayoría de los militantes sindicales son a su vez frenteamplistas. Algunos sindicatos juntaron por las dos papeletas.
Y dentro de ese conglomerado de varias dimensiones, el problema principal es la relación base-dirección. Como hemos dicho, hubo un punto en que la dirección del FA mandó a la militancia para la casa y pasó a ser un partido de dirigentes de aparato y masa pasiva de votantes. Pues bien, ahora, para la recolección de las más de 800 mil firmas si contamos las totales, aun descartando las repeticiones de los que firmaron (firmamos) las dos, fue necesario sacar a los militantes de nuevo a la calle. A la calle a juntar firmas, pero a la calle. Y ahora será a la calle a juntar votos, pero a la calle.
Y eso significa organizar nuevamente a los militantes, organizarlos desde arriba, pero aceptar también que se organicen desde abajo. Darles los materiales de propaganda por arriba, pero aceptar también que tomen sus iniciativas desde abajo. No tienen otra.
Y eso es lo que queremos decir con que la lógica de la lucha OBLIGARÁ.
Y más aun. Obligará a todos. A los renuentes a acompañarla también.
Y acá el problema principal es esa tensión entre la militancia y los aparatos. Los mismos que optaron por descartar a la militancia y hoy no tienen otra que apoyarse en la actividad, e incluso la auto-actividad (en el sentido de Rosa Luxemburgo) de esta.
¿Y en qué situación está esta militancia, desde el punto de vista subjetivo?
Hay una tensión, tal como lo hemos dicho. Las direcciones frenan, las bases empujan. No hay una ruptura, ni la habrá en el corto plazo, ni sabemos cuándo. De alguna manera las direcciones tienen que acomodarse a eso, aprovecharlo, tratar de controlarlo, y conservar su lugar. Para controlarlo tienen que atenderlo, aunque sea parcialmente. Ese es su problema y no es lo que principalmente nos interesa.
Lo que ocurre del otro lado, sí. La movilización de la militancia de base ha ocurrido, no en CONTRA de las direcciones burocráticas, pero sí A PESAR de la política conciliadora de estas. La estrategia de la burocracia ha sido jugar a perder lo menos. Las bases han jugado a ganar lo que se pueda. No hay acá un antagonismo abierto, pero sí una tensión. Los militantes de base no le han pasado por encima a los dirigentes, por supuesto que no, ese es un verso demagógico del Pepe. Pero los han forzado a hacer lo que no querían hacer.
Esa militancia, que aún confía en los dirigentes burocráticos, no son nuestra gente. Pero sí SON nuestra gente.
Pudimos escuchar decir al principio a Fernando Pereira que ir a un referéndum sería un “error estratégico”. Y después lo vimos juntando firmas en la calle, varias veces. Y firmó por la iniciativa total. La lucha obliga.
Y si dos y dos son cuatro, si el principal eje de conflicto hoy es el referéndum contra la LUC, y si de nuestro lado el nudo principal está en las tensiones de la auto-actividad de las bases, y si son principales en ellas los militantes frenteamplistas aún dentro de su propio panorama acotado, ahí está el problema.
¿Cómo debemos valorar esta situación? ¿Es posible que esto nos determine una táctica a seguir? Lo veremos.
APÉNDICE:
El miércoles 22 de setiembre un hombre de 32 años se prendió fuego en Plaza Independencia, frente a Torre Ejecutiva. Por la información que tenemos trabajaba como electricista en una empresa contratista de UTE. Fue echado hace un tiempo de su trabajo. Pasó por varias situaciones extremas. Y tomó esa decisión.
Fue atendido deficientemente por la policía presente en el lugar. Pero fue esposado estando todavía consciente, y pidiendo agua. No se la dieron. Poco después fue trasladado al Centro Nacional de Quemados. Falleció al otro día.
La derecha ha hecho del tema “seguridad” y “combate al delito” su caballito de batalla en su propaganda de defensa de la LUC. La respuesta de la campaña por la derogación sobre este tema, casi no existe. Es un tema en el cual la izquierda está, la oficialista, siguiendo la misma política de la derecha rechazando algunos extremos; y los sectores disidentes, contestando generalidades. De ese tema nos ocuparemos más hacia el final de esta serie.
Mientras tanto, queremos mostrar este caso. Si estás desesperado por tu situación, sin salida, de ellos no esperes nada. Salvo que te esposen, por “seguridad”.
(Continuará)