61 años del sueño de Martin Luther King

Juan - Telegrama Rabkor 

El 28 de agosto de 1963 se pronunció el discurso "Tengo un sueño" de Martin Luther King, un discurso histórico para todo el movimiento estadounidense de derechos humanos.

Como es sabido, a pesar de la emancipación formal de la esclavitud tras la Guerra Civil, la población negra de Estados Unidos, especialmente en los estados del sur, siguió enfrentando casos flagrantes de segregación racial hasta la segunda mitad del siglo XX. La furiosa xenofobia en el supuestamente "país más democrático del mundo" no pudo sino dar lugar a un florecimiento sin precedentes del movimiento por los derechos civiles, cuyo líder durante mucho tiempo fue Martin Luther King.

Eligió el camino de la no violencia, el camino de la persuasión, el camino de la predicación. Al final, la historia confirmó la exactitud de esta elección. King se ha convertido en una figura legendaria para todas aquellas personas que lucharon y siguen luchando por los ideales de igualdad y justicia social bajo el yugo del sistema existente de explotación y alienación.

Ese día, 28 de agosto de 1963, encabezó la famosa Marcha sobre Washington, celebrada bajo los auspicios de la lucha por la libertad y el empleo. Para entonces, a Martin Luther King ya lo llamaban el "Moisés de los estados del sur". Mientras subía las escaleras del Monumento a Lincoln, pronunció lo que muchos consideran el mejor discurso del siglo XX. King habló durante unos diecisiete minutos, pero eso fue suficiente para que miles de personas aplaudieran.

Hizo un llamamiento al pueblo americano, hizo referencias al Evangelio y a la historia de los Estados Unidos, habló del valor normativo de la igualdad y de la libertad, habló de su sueño...

 "Tengo un sueño: un día nuestro país, habiendo comprendido el verdadero significado de su fe, se convertirá en su encarnación. Creemos firmemente que la igualdad para todos no requiere pruebas".

Apenas un año después de que se pronunciaran estas palabras, Martin Luther King recibió el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra la desigualdad racial mediante la resistencia no violenta, y la monumental Marcha sobre Washington se convirtió en la precursora de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles (1964) y la Ley de Votación. Acto. . Ley de Derechos Humanos (1965).

El predicador bautista negro King es uno de los artefactos más brillantes de la era de los "locos años sesenta", que dio a millones de personas en todo el mundo la esperanza de una alternativa humanista a la expansión capitalista. Y aunque este tiempo se ha perdido irremediablemente, los sueños y esperanzas del pasado siguen vivos.

La experiencia del movimiento de derechos humanos, cuyo líder informal, hasta su muerte en 1968, fue Martin Luther King, nos ofrece hoy muchas lecciones útiles, una de las cuales es el camino de la no violencia. Comprender este camino, comprender las posibilidades y condiciones de su elección, estudiar la historia de sus victorias y derrotas es una de las tareas más importantes de la práctica izquierdista moderna. Se sabe que Herbert Marcuse llamó a los futuros revolucionarios a "salvar la violencia".

Otro logro importante de King y sus asociados es la formación de un nuevo movimiento social asociado con la oposición a la opresión racial. Las protestas de 2020 en Estados Unidos demostraron claramente que esta cuestión sigue siendo urgente tanto para el gobierno actual como para miles de personas comunes y corrientes y cientos de activistas políticos. Y para combatir eficazmente este tipo de opresión, todos debemos recordar el sueño que Martin Luther King intentó transmitir con amor al prójimo, el sueño de una sociedad nueva, libre de segregaciones y prejuicios, una sociedad de igualdad y justicia.*

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