Liberar a Boris Kagarlitsky
UNIÓN MARXISTA
El sociólogo Boris Kagarlitsky, un destacado marxista ruso, ha sido detenido por el FSB de Vladimir Putin bajo cargos fabricados de “justificar el terrorismo”. Su arresto muestra cómo el estado ruso está silenciando a los críticos de su guerra.
En Rusia, se inició un proceso legal fabricado contra el destacado sociólogo de izquierda Boris Kagarlitsky. Se le acusa de “justificar el terrorismo” en base a su discusión sobre las motivaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania en la explosión del Puente de Crimea. La verdadera razón detrás de esto es la eliminación de las figuras restantes de la oposición en medio de una crisis política resultante de los fracasos militares.
Kagarlitsky es un renombrado teórico de izquierda en Rusia, conocido internacionalmente por sus obras, incluidos los populares libros Entre clase y discurso y De los imperios al imperialismo, que ayudan a comprender la estructura del capitalismo moderno y los desafíos que enfrenta el movimiento de izquierda.
Kagarlitsky no emigró ni detuvo su trabajo político, incluso cuando las autoridades rusas lo calificaron de “agente extranjero” por su constante postura contra la guerra durante el conflicto ruso-ucraniano de 2022. Recientemente publicó su último libro. A lo largo de los años, la revista en línea Rabkor, dirigida por Kagarlitsky, se ha convertido en una plataforma informativa que une a personas con diversas perspectivas de izquierda y prodemocráticas. Kagarlitsky nunca ha rehuido los métodos parlamentarios de lucha y participó hábilmente en discusiones con oponentes políticos, incluso obteniendo la simpatía de los adversarios.
El 25 de julio de 2023, se reveló que los servicios de seguridad federal (FSB) instigaron cargos penales contra Kagarlitsky en virtud de uno de los nuevos artículos represivos: “justificación del terrorismo”. El motivo de esto fue una publicación antigua en las redes sociales en la que indicaba que la explosión del Puente de Crimea podía entenderse “desde una perspectiva militar”. Aprovechando este absurdo pretexto, Kagarlitsky fue rápidamente llevado a mil kilómetros de Moscú y juzgado en una pequeña ciudad regional, en una sesión cerrada sin medios de comunicación ni representación legal. El Tribunal Municipal de Syktyvkar ordenó la detención de Kagarlitsky hasta el 24 de septiembre. La audiencia se llevó a cabo a puerta cerrada. Permanecerá bajo custodia en el centro de detención de Verkhniy Chov. Ahora, el anciano pensador de izquierda enfrenta hasta siete años de prisión y se están realizando registros en las instalaciones de sus socios.
Tales precauciones calculadas tomadas por quienes orquestan la persecución política de Kagarlitsky demuestran su seria preocupación por el apoyo organizado al sociólogo de izquierda, quizás más que cualquier otra figura pública que queda en Rusia. Y no sin razón, ya que la noticia del arresto de Kagarlitsky ha desatado la ira y la empatía entre una amplia gama de activistas: todos aquellos que aprendieron de él, debatieron con él y trabajaron junto a él.
Además, este no es el primer caso de persecución contra activistas de izquierda: se están presentando cargos penales y administrativos por motivos falsos contra sindicalistas y activistas, como Anton Orlov y Kirill Ukraintsev, y se les está imponiendo el estatus de “agente extranjero” sobre nuevas personas cada semana, incluido el matemático y activista de izquierda Mikhail Lobanov. A pesar de la casi destrucción de las vías legales para resistir la opresión del gobierno en Rusia, no dejaremos a Kagarlitsky solo para enfrentar a sus acusadores.
Kagarlitsky debe ser liberado; y que este eslogan sea repetido por todos los que alguna vez le dieron la mano o leyeron sus libros. Los llamamos a apoyarlo: a través de publicaciones, acciones y atención a sus libros.
La gente puede perecer, pero las ideas no, y Kagarlitsky ha hecho todo lo posible para garantizar que los muros de la prisión no obstaculicen su lucha por la libertad humana.