"Donbass Borderland", película

Gordon Jones


Unos meses después del estreno electrónico del documental Russian Hour's New York to Donetsk & Back en Off-Guardian, hay un largometraje sobre la nueva "guerra desconocida" en Donbass.

Una película, que en 2019 puede parecer demasiado susceptible a la idea de que se trata de una guerra civil interna ucraniana (en lugar de la guerra de Occidente contra Rusia), en la que Donbass ha mostrado su "ADN" ruso. Sin embargo, incluso una visión tan benevolente del conflicto, donde al otro lado (es decir, los que están con Kiev) no se lo deshumaniza sino que se lo analiza, no es aceptable todavía para los medios de comunicación dominantes occidentales, en el Reino Unido o, Dios no lo quiera, en la propia Ucrania.

Los principales organizadores galeses querían apelar al propio sentido de la historia de Gran Bretaña, que nos recuerda que John Hughes, un industrial galés, fundó la ciudad de Hughesovka (1869), que más tarde se convirtió en Donetsk en la Novorossiya de Rusia, gracias a un lucrativo contrato de producción de hierro con el Gobierno imperial ruso. .

¿Vale este argumento histórico en el Occidente posmodernista de hoy (o, más bien, post-mortem) cuya historia ha "terminado"? ¿Se descifrará el enfoque matizado de la película o se descartará como "propaganda" rusa solo porque es ruso el personaje principal, un voluntario del Cuerpo Popular de Donetsk, Anatoly, y es demasiado carismático y humano?

Uno no puede dejar de reconocer en su personaje al difunto Jefe de la RPD, Alexander Zakharchenko, asesinado por agentes entrenados en Estados Unidos en Donetsk (un atentado en agosto de 2018). Incluso el hecho de que un soldado ucraniano, Andrey, sea representado como un humano, tampoco no tendrá importancia para los críticos de la película, este enfoque matizado se pierde en el monocultivo blanco y negro del Reino Unido y el Oeste de hoy.

"Donbass Borderland", del director Renat Davletyarov, se estrenó en Chapter Arts Cardiff como parte del Festival de Artes John Hughes de abril de 2019, que conmemoró su gran legado industrial y filantrópico, siendo este año el 205 aniversario de su nacimiento.

Músicos rusos y galeses, incluidos Artem Ananiev y miembros de Symphonic Brass Wales, también se presentaron durante el Festival.

Tanto la audiencia como los participantes del Festival se emocionaron enormemente con la película, los comentarios de la audiencia incluyeron:

Fue desgarrador, una historia interesante de un pueblo dividido (por la guerra), fue genial que existieran todos esos puntos de vista diferentes”

“Una película profundamente conmovedora, pensé que el mensaje más fuerte era el punto contra la guerra... la guerra civil es siempre el peor tipo de guerra... tal vez esa película debería ser mostrada a todos los políticos en occidente"

“Se habla tan poco de esta guerra... Una película poderosa... es aterrador que un lugar que parezca familiar esté explotado de esta manera... está sucediendo en nuestro propio patio trasero"

“Esto está en curso (la guerra), es reciente, la gente todavía está luchando"


Los organizadores esperan que la película se muestre de nuevo en Occidente.

¿Hubo informes sobre la película o el Festival de Hughes en los medios principales de comunicación de Occidente? Nnguno, de hecho hubo silencio total.

Sin embargo, tales estrenos de cine, pese a ser "pequeños", siguen siendo importantes, ya que se necesitan antorchas para ver la inmensidad de una cueva con el vacío que representa nuestro panorama mediático en estos días. Los pocos que vieron la película pueden comenzar a pensar de manera diferente; tal vez otro galés, un nuevo John Hughes, se dará cuenta, como su gran predecesor, de que vale la pena hacer negocios con los rusos (y no solo hablando financieramente). Y personas como él rechazarán las divagaciones del Reino Unido y Ucrania como mero ruido de fondo.

La película está hermosamente rodada, tiene una calidad de "Bertolucci" en su fotografía: en el final, una furgoneta con ucranianos y Donbass se apresura hacia la frontera rusa, vastos campos hermosos quemados con el sol de fondo.

En última instancia, esta frontera (entre Donbass y Rusia) en sí misma es un disparate geopolítico, como lo sería una frontera entre, por ejemplo, Gales e Inglaterra.

Una pura tontería como la leyenda "gobernante de Ucrania" recientemente inscrito en la estatua de San Vladimir, erigido en Londres por los nacionalistas ucranianos, que no recuerdan que el país que aquél gobernaba se llamaba Rus. (Vladimir, gobernante del Rus de Kiev fundado por normandos a fines del S.IX, origen verdadero de Rusia, se convirtió al cristianismo en 988; aclaremos que la región de Donbass, cuenca del río Donets, nunca formó parte de ese reino).


Fuente: New Cold War

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