TLC con Chile y Trampa 22
>Una opinión personal
Gota
a gota se va llenando el vaso. Este tema del TLC con Chile tiene pinta
de derrame, no por sí mismo pero sí viendo como viene la cosa. Ha tenido
una virtud: mostrar como los actores principales ven su propio problema
al revés, todo un síntoma.
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(TAN ERRADO NO ANDABA. Dos días después de escribir esta nota sale esto en el Observador: El TLC embreta al FA: otorgar libertad de acción o "abrir las puertas del infierno" el observador, mayo 11: ACUERDO CON CHILE DESAFÍA LA UNIDAD)
>Una opinión personal
Luego
de la resolución del Plenario del FA postergando la resolución y
pidiendo más información al Poder Ejecutivo, comenzó la rueda de
opiniones. Cada vez peor. Lo único que hubiese correspondido decir de
parte de los frenteamplistas partidarios del tratado sería: Sí, por cierto. Vamos a dar toda esa información y a discutir el tema.
Hicieron
todo lo contrario. Astori se refirió a la preocupante posición
equivocada del Plenario que pone condiciones cerradas para la
negociación internacional que debe ser abierta, etc. etc. Y no es
cierto, el Plenario solamente difirió la resolución y amplió la
discusión. Esos argumentos tendría que ir a plantearlos al Plenario
mismo, y si tanta razón tiene no debería preocuparse ni poner semejante
cara, debería confiar en convencer a los demás en la instancia
correspondiente, y cuanto más amplia la discusión, mejor debería ser
para quien tiene razón.
Nin, por su parte, no perdió la oportunidad de razonar al revés; no es raro en él. Dice que el Plenario "no tiene facultades" para obligar al gobierno.
Todo al revés. No se trata aquí de si los del NO al tratado pueden imponer su opinión a los del SI, sino como harían los del SI para forzar a los del NO a votar en contra de su voluntad. De acuerdo a la Constitución, el tratado debe ser aprobado en el Parlamento, eso es inevitable y es por eso mismo que se suscita todo el problema.
¿Y a quién responden los parlamentarios? ¿Actúan libremente o deben someterse a las decisiones partidarias?
Si
actúan libremente, el Poder Ejecutivo solamente tiene una posibilidad
de aprobar el tratado: recurrir a los votos de la oposición dividiendo
la votación del Frente Amplio.
Pero si
deben someterse al mandato partidario (que es lo que han venido diciendo
una y otra vez, Mónica Xavier hasta salió hace unos días para anunciar
un proyecto de ley con acuerdo de todos los partidos que establecería
que las bancas SON de los partidos, una especie de ley "anti-migración" de bancas), entonces necesariamente, por lógica, debe haber una autoridad partidaria
que tenga la facultad de resolver el tema. Si no es el Plenario, sólo
podría ser una instancia superior, el Congreso. Pero en las condiciones
políticas concretas de la interna frenteamplista, eso sería un escenario
PEOR para los del SÏ, que cuando más abierta y larga la discusión más
resistencia encuentran. Y luego de este pronunciamiento del Plenario es
imposible que la Mesa Política tome una decisión que vaya en contra de
eso resuelto. La bancada podría resolver por separado, pero así jamás
tendría el poder como para disciplinar a la minoría.
Si el Plenario "no tiene facultades" ¿quién las tiene?
En
estas condiciones, los frenteamplistas partidarios del SÍ tienen
solamente dos caminos: o aceptar la discusión en las condiciones del
Plenario o en otras más difíciles todavía e intentar ganar con
argumentos y eventualmente aceptar la derrota, o si no el Poder
Ejecutivo deberá recurrir a los votos de la oposición y el FA votará
dividido. Pero desatar el paquete cambiaría las reglas de juego, no van a
poder atarlo de nuevo. Hasta ahora, para disciplinar las posiciones
disidentes se ha apelado a la "unidad". ¿Qué va a pasar si es el
propio oficialismo dentro del oficialismo el que rompe la unidad? Todo
hace pensar que, pusilánimes como han demostrado ser, no se animaran a dar ese paso tan arriesgado, que tal vez no tenga marcha atrás.
Y si no pueden lograr el tratado con Chile van a hacer un papelón. Mientras más ruido hagan, peor.
Los
"NO" fueron una mayoría muy ajustada en el Plenario pero fueron
mayoría. ¿Y qué resolvieron? Ampliar la discusión. Eso lo asume el que
tiene confianza en su posición. Los "SÍ" quieren resolver sin discutir.
Eso es de quien no tiene confianza en sí mismo. Pero siempre y cuando
tenga mayoría. Sin la mayoría especial requerida para resolver sea una
cosa o la otra, NO HABÍA OTRA. Los "NO" asumieron la
responsabilidad de hacer lo único que se podía hacer; los "SÍ" en vez de
agradecer se enojan. ¿Qué querían? ¿Resolver el tema sobre tablas
siendo minoría? ¿No entienden siquiera su propio problema?
Hace
tiempo que la declinación del FA como fuerza política es evidente. No
significa que no siga teniendo adhesiones, ni que vaya a perder las
próximas elecciones. Una gran parte del pueblo lo votará, pero lo hará
como lo menos malo, para impedir la vuelta de blancos y colorados, que
además no logran recuperarse. "Vencereís pero no convencereis".
El verdadero problema no está ahí, es que NI ASÍ,
ni con las cosas en bandeja logra la llamada "izquierda radical" dar un
paso político coherente, y ni miras de que cambien, van de mal en peor.
Levantando un poco la mirada vemos que se trata no de la declinación
del FA sino de la declinación de todo el sistema político-institucional.
Incluyendo, claro está, a la izquierda extra-institucional, que está
institucionalizada desde hace rato, representando su papel ya guionado.
El agotamiento de una parte (el FA) tendrá consecuencias porque alimenta
a su vez el agotamiento del todo. ¡Ni milicos hay haciendo ruido!
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(TAN ERRADO NO ANDABA. Dos días después de escribir esta nota sale esto en el Observador: El TLC embreta al FA: otorgar libertad de acción o "abrir las puertas del infierno" el observador, mayo 11: ACUERDO CON CHILE DESAFÍA LA UNIDAD)