¿Por
qué Cuba está sola?
>Una opinión personal
Quiero
comentar la nota "La
soledad de Raúl Castro".
de Ramón Centeno, publicada originalmente en el semanario mexicano
"El
Barrio Antiguo",
[1] y reproducida en Posta
Porteña [2].
Es una muestra del interés que despierta el anunciado retiro de Raúl
Castro de la jefatura del gobierno de Cuba para dentro de un año,
junto con las reformas pro capitalistas llevadas adelante en el
último tramo en la isla, cada vez más avanzadas.
Voy
a hacer primero un pequeño resumen de lo que dice Centeno. Luego
quiero hacer algunas observaciones, y después algo sobre el tema de
fondo. Todo muy breve.
Buscando
la raíz del actual régimen cubano, Centeno va al estalinismo al
que, invocando a León Trotsky y Víctor Serge, califica de
"totalitarismo";
según
esto
el régimen bolchevique de comunismo de guerra contenía las
"semillas"
tanto de la dictadura estalinista como de “una
nueva democracia”. Pero
"Stalin se impuso a través de un
canibalismo político... un baño de sangre". A
su vez "los nuevos estados que se
sumaron al bloque socialista después de la Segunda Guerra Mundial
nacieron totalitarios".
"Cuba, por supuesto, fue uno de estos estados". Pero
Cuba como "Yugoslavia, Vietnam o
China... no era un simple títere de Moscú... no perdería su
autonomía".
En cuanto a la diferencia
especifica del totalitarismo cubano
dentro de la categoría
de totalitarismo estalinista, Centeno
apunta a su carácter militarista: "...
el bastión del poder político
recaía en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuyo origen era el
Ejército Rebelde: la guerrilla de Fidel Castro que derrocó a
Fulgencio Batista... el ejército no fue el brazo armado del partido;
más bien, el partido ha sido el brazo político de las fuerzas
armadas... en Cuba el Partido Comunista no fue el productor de la
revolución, sino un
producto de esta. El PCC tuvo su 1erCongreso
en 1975, a pesar de haber sido fundado en 1965 (seis años después
de la revolución)".
"Al grano -
dice al final Centeno- Al igual que
Corea del Norte, China y Vietnam, Cuba sobrevivió". Pero
pese a ello, hay una restauración evolutiva del capitalismo en estos
países, aunque -según Centeno- en los "prósperos"
China y Vetnam esa restauración es acelerada y gestando una nueva
burguesía, mientras que
en la "escasez"
de Corea y Cuba
la marcha es lenta, y tratando de evitar la formación de una
burguesía.
Aun así lo que Centeno llama
"revisionismo raulista"
sigue ese camino, "son más
importantes los frijoles que los cañones”
ha dicho Raúl.
El proceso de restauración se hace "mediante
el despojo, al modo de la 'acumulación originaria' ilustrada por
Marx".
La conclusión de Centeno es
que ahora hay en Cuba un post-totalitarismo, pero "en
la ausencia de democracia en Cuba, ¿qué garantiza que un gobierno
post-Castro rechace la restauración capitalista? Nada". Y
el proyecto de Raúl es, dice Centeno, horripilante.
Dos cosas nos llaman la
atención en Centeno. Una: habla como si todo este tema nos
fuese ajeno, da lo mismo Cuba que
Corea del Norte. Y la otra, su extrema
superficialidad,
todo es proceso político y las causas están en la política, la
política crea la realidad social,
la superestructura crea la infraestructura, el totalitarismo trae de
nuevo el capitalismo. Y al final
esa perla: lo que impide luchar contra el la
restauración capitalista del totalitarismo
es "la ausencia de democracia".
Si los fascistas fuesen demócratas sería todo
más fácil.
Comencemos por lo segundo, y
eso nos llevará a lo primero.
Traer a Trotsky y a Serge para
analizar el estalinismo al modo de Centeno suena raro. Esos
revolucionarios trataron de comprender el proceso político que llevó
al estalinismo en función de las condiciones
históricas de la revolución
rusa. La degeneración estalinista fue una consecuencia.
¿Cuáles fueron las causas? De la escasez
y los problemas que traía eran completamente conscientes, fue eso
precisamente lo que marcó su modo de pensar, correcto o no. El
insuficiente desarrollo de las fuerzas
productivas de la Rusia de su
tiempo era no sólo la razón de ser de la revolución sino el eje de
su drama. El comunismo de guerra
fue un recurso desesperado.
Los bolcheviques siempre
pensaron su revolución, no aislada, sino
como una avanzada de la revolución
proletaria europea. El fracaso de esos intentos revolucionarios que
fueron contemporáneos al primer tramo de
la revolución rusa, fue lo que condicionó el proceso degenerativo
de ésta. Pensar el estalinismo como
una lluvia de sangre caída del cielo,
es la
superficialidad
de que hablamos.
Vamos ahora los cubanos. Fue la
primera verdadera revolución socialista de nuestro continente, y
tampoco se pensó aislada. Tuvo muchos errores y limitaciones, sería
tonto pasar que no, aunque algunos vean en Cuba solo lo
maravilloso. Centeno ve lo horripilante.
No cabe duda que la revolución
cubana cometió errores. El pionero mete la pata. Mete la pata porque
es pionero, es pionero porque mete la pata. De la misma forma en que
no podemos dejar de criticar los errores del pionero, no podemos
dejar de agradecerle por ellos, porque los comete por todos nosotros.
Es absolutamente falso que la
revolución cubana haya "nacido totalitaria" y esa
afirmación, además, se da de patadas con lo que Centeno dice de la
relativa autonomía del camino cubano; el error fue no
ser mucho más autónoma. Si la Revolución Francesa nos dejó
el Libertad, Igualdad, Fraternidad, la cubana agrega
AUTONOMÍA. La solidaridad, la hermandad entre los pueblos, el
internacionalismo. ¡Sí, todo precioso!
Pero preparate para
arreglártelas solo.
El gran servicio que podrías prestarle al
internacionalismo y la hermandad de los pueblos es demostrar
que se puede caminar solo.
Romper la dependencia es romper la
dependencia. Soberanía alimentaria. Soberanía energética.
Soberanía tecnológica.
Cuba, asediada y agredida por el imperialismo, se
pegó al poderoso amigo soviético. Esa fue su salvación y al mismo
tiempo su tragedia. Si algo nos deja esta experiencia es lo que nos dice la jerga popular: "Amigos son los
huevos".
Costase los sacrificios y los conflictos que
costase, Cuba debió profundizar ese camino de independencia esbozado por el Che en
Argel. Tal vez entonces no estuviese claro, hoy sí. Cuba debió
haber iniciado ANTES su camino por la agricultura sustentable, la
energía limpia, el desarrollo a escala humana. Los cuentapropistas
no son problema mientras no sean curropropistas, pero para ello se
necesita ofrecerles un camino no capitalista de colectivismo
autogenerado. Ahora ya es tarde.
Ahora, en estas condiciones, la restauración del
capitalismo en Cuba (o como se la llame,
no importa mucho) es inevitable.
¿Y qué quiere
decir eso de “ausencia de democracia” que nos trae Centeno desde
México? ¿Democracia como la de México, serviría
de algo?
La referencia al concepto marxista de acumulación
capitalista originaria contiene dos errores. Marx lo usó para
explicar la aparición del capital necesario para el arranque, que
se consigue por mecanismos diferentes a la explotación salarial de
la fuerza de trabajo con extracción de plusvalía. Cuba, colonia
española y centro del comercio de esclavos hasta
casi el final del siglo XIX es un caso
ilustrativo del carácter salvaje de este proceso histórico.
Pero lo que tampoco comprende es que ese concepto no tiene nada que ver con la Cuba de hoy. La acumulación capitalista originaria fue necesaria para la aparición de las economías capitalistas centrales. Rusia y China, utilizando la acumulación previa están peleando un posible lugar central.
Pero ¿Cuba? ¿Alguien puede creerlo? Antes, la colonia acumulaba para la metrópolis. Luego, el capitalismo periférico para la potencia central. Ahora, la restauración capitalista es para hacer de ella nuevamente periferia. La disputa es si de EEUU, Alemania o China. No hay “acumulación originaria” porque el capital viene de afuera y la ganancia acumulada volverá allí.
La resistencia del estado que Centeno llama "totalitario" a la formación de una burguesía dependiente (porque con una burguesía autónoma nadie sueña) es para negociar un papel de gestor local por parte de la burocracia, como pasaba con la URSS.
Cuba rompió su dependencia con EEUU, pero
adquirió una nueva dependencia con la URSS, cierto que en
condiciones muy diferentes y sacando ventaja de su condición, que
incluía como contrapartida el peligro permanente de agresión yanqui. Al no romper con
la ESTRUCTURA de la dependencia, pagó un enorme precio cuando el
llamado “período especial”.
No era eso lo que
querían, aunque
no supieron evitarlo. Para romper la dependencia
necesitaban expandir la revolución en el continente. Lo
intentaron. La forma,
que no resultó, puede y debe ser
criticada. Pero no nos fijemos solamente
en ellos.
La soledad de Cuba NO
ES porque haya colapsado la URSS,
ni porque China sea capitalista. Es porque NOSOTROS
en más de cincuenta años no hemos podido sumar otra revolución
socialista en este continente. Nosotros es desde México a Uruguay.
Cuba iba con la
arrogancia del pionero que siempre creerá
que tiene toda la razón, siempre se
sentirá mesías. El pionero tiene
una sobredosis de autoconfianza y es
su vicio, pero sin eso no sería pionero. No hay medidas ya
definidas de audacia y de prudencia en lo que hay que poner; si
hubiese, la palabra audacia no tendría significado, prudencia
tampoco.
Entonces, lo del Che
en Bolivia fue una locura, trasplantar una “semilla de guerrilla”.
Los bolivianos podían hacer su propio
camino basados en la lucha de masas, la experiencia de las milicias
mineras, etc.
“Bienvenido a nuestra revolución, compañero
Ernesto. Llegas a los postres, ya la hicimos a la nuestra. Igualmente
bienvenido”.
Pero tampoco pasó eso, ni
en Bolivia ni en otros
lados.
El mesías es una calamidad. ¿Por qué aparece? Porque los demás duermen la siesta.
Por
supuesto, también nosotros lo intentamos, y
también cometimos errores. Seguiremos haciéndolo. Pero lo que no va
a volver a ocurrir es cometer de nuevo ESE error de querer
trasplantar una guerrilla.
En las condiciones actuales, la restauración
completa del capitalismo en Cuba es inevitable. Si la soledad de la Rusia bolchevique trajo su degeneración estalinista, la soledad de Cuba trae el lento apagar de la estrella solitaria. Ya no hay tiempo ni
posibilidades de extender a tiempo otras revoluciones en el
continente que lo eviten.
Y si así fuese, tranquilos que no será lo mismo, serían revoluciones
autónomas, no habría tanques cubanos aplastando revueltas populares
“desviadas” en el continente, hay cosas horripilantes que no
vuelven a pasar.
¿Y nosotros no somos horripilantes? La
soledad de Cuba no es problema de Cuba, es problema, dolor y
vergüenza de nosotros, desde México a Uruguay. Y
no por Cuba sino por nosotros.
Más horripilante es, tal vez con sombrero
trotskista y todo, hacer buena letra para el liberalismo burgués,
evitar la autocrítica, no comprender el problema, y
seguir cavando el pozo en el que estamos.
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[1]
http://www.elbarrioantiguo.com/17928-2/
[2[
http://www.infoposta.com.ar/notas/9250/la-soledad-de-ra%C3%BAl-castro/
https://www.marxists.org/espanol/draper/1970.htm