Primer 1° de Mayo. Discurso de Eleanor Marx
Hyde Park, 4 de mayo de 1890


No hemos venido a hacer el trabajo de los partidos políticos, ​sino en defensa de la causa del trabajo para exigir sus propios derechos. Recuerdo cuando llegamos a unas pocas docenas a Hyde Park a exigir una jornada de ocho horas, las docenas han crecido a cientos, y cientos a miles, hasta esta magnífica demostración que llena el parque hoy. Nos encontramos cara a cara esta manifestación, me alegra ver que las grandes masas de la gente están de nuestro lado. Aquellos de nosotros que hemos pasado por la preocupación de la Huelga de Muelle, y especialmente la Huelga de Gaseros, y hemos visto a los hombres, mujeres y niños a nuestro alrededor, que han pasado por muchas huelgas, estamos decididos a conquistar las ocho horas por promulgación legal; a menos que lo hagamos nos será quitado a la primera oportunidad. Y tendremos que culparnos si no logramos la victoria que este gran día puede darnos.


Esta tarde hay en el parque alguien al que el Sr. Gladstone encarceló una vez: Michael Davitt; pero el Sr. Gladstone ahora está en los mejores términos con él. ¿Cuál supones que es la razón del cambio? ¿Por qué el Partido Liberal se ha vuelto tan repentinamente en pro de la Autonomía? Simplemente porque los irlandeses enviaron 80 miembros a la Cámara de los Comunes desplazando a los conservadores; de la misma manera debemos expulsar a estos miembros liberales y radicales si se niegan a apoyar nuestro programa.

Estoy hablando esta tarde no solo como sindicalista, sino como socialista. Los socialistas creen que la jornada de ocho horas del día es el primer paso y el más inmediato, y pretendemos que ya no haya una clase sustentada por otra, sino que los desempleados de arriba y los desempleados de bajo se eliminen. Este no es el final sino solo el comienzo de la lucha; no es suficiente venir aquí para manifestarse a favor de un día de ocho horas. No debemos ser como algunos cristianos que pecan durante seis días e ir a la iglesia el séptimo, debemos luchar por la causa todos los días, y hacer que los hombres, y especialmente las mujeres con las que nos encontramos, ingresen en nuestras filas.

 'Levántate como Leones después del sueño
 En número invencible,
 Agita tus cadenas de la tierra y el rocío
 Que en el sueño han caído sobre ti,
 Ya sean ustedes muchos, o ya sean pocos".

(Eleanor Marx cita el poema de Percy Bysshe Shelley "La máscara de la anarquía")

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