Marx entre Cejas, y el Turco por la tangente
>Una opinión personal


Que Sanguinetti la tiene con Marx no es misterio. 


Nuestro ex-presidente Julio María (el "Cejas" por su apariencia) es un vocacional de la prédica anti-marxista. En un reciente debate a los 200 años del nacimiento de aquel, aprovechó para descargarse. Que su oponente Marcelo Abdala (secretario general del PIT-CNT, miembro del Partido Comunista Uruguayo) haya tenido tan pobre desempeño en esta ocasión no hace sino confirmar la complicada situación del marxismo hoy día. (1)
 
Sanguinetti califica de "utópico" a Marx, entre otras cosas,
por pretender abolir la propiedad privada. Sostiene que la situación revolucionaria que Marx preveía que se iba a dar en los países industrializados nunca ocurrió, y que el liberalismo hizo que las clases trabajadoras pasaran a ser clases medias de modo que la pauperización de los trabajadores tampoco se produjo. Entre otras cosas, dice también que el gran desarrollo de empresas de servicios informáticos hoy a la cabeza del capitalismo mundial no se debe a la plusvalía sino a la creatividad.

Pero su ataque más incisivo es sobre el fracaso de las experiencias de "socialismo marxista" a partir de la Revolución Rusa, experiencias todas revertidas al capitalismo, y debido a la preferencia de la gente misma.

Abdala evita responder directamente a estas cuestiones. Prefiere centrarse en reivindicar la vigencia de la crítica del capitalismo hecha por Marx, y destaca su rigor científico. A partir de allí se extiende en las cifras de pobreza y desigualdad en el mundo de hoy.

Incluso en ese plan de evasiva podría haber respondido a Sanguinetti. Los trabajadores de Google o Facebook tendrían algo que decir sobre si a ellos les extraen o no plusvalía. Y más interesante todavía hubiese sido responder comprendiendo las nuevas formas de acumulación capitalista a partir de la redistribución de la plusvalía en la esfera de la circulación y transformar en valor de cambio los valores de uso contenidos en la comunicación entre personas y en el ocio, que es lo que vemos en esas nuevas áreas, y las contradicciones que plantean. Ver por ejemplo este análisis recién salido de horno. (2)


Debería haberse respondido expresamente lo de "clases medias" y "pauperización" con el Marx verdadero. Que no dice que la pauperización sea una tendencia absoluta sino una entre varias contradictorias, explicando que el desarrollo del capitalismo maduro torna predominante la explotación por extracción de la plusvalía relativa, explicando también ese concepto en comparación con el de plusvalía absoluta y la súper-explotación, y las distintas formaciones de clases que conlleva. Podríamos mostrar así su distribución y complementariedad hoy en el mundo. Y por cierto, los millones de nuevos marginados en el centro del capitalismo, los migrantes, los miembros de las clase trabajadora en decadencia y en disputa por la escasez de puestos de trabajo, también podrían decir algo.

Hoy la creatividad es en gran parte burlando los límites de la propiedad intelectual, que es notoriamente un obstáculo para su desarrollo.

Y muchas otras cosas más que podrían haberse incluido en la respuesta, o no, si se consideraba que serían para otra instancia.
 
Pero lo que NO podía dejarse sin respuesta es el problema de las experiencias del llamado "socialismo real", que invocaban al marxismo.

Abdala dijo simplemente que la teoría de Marx "daba pistas" de por qué habían fracasado esas experiencias. ¡Y qué pistas son esas! ¿La vas a dejar así, en el misterio?

Según la crónica periodística Abdala "rechazó, en general, a quienes intentan desacreditar los planteos de Marx cotejándolos con la realidad".

Ahora sí que no entiendo nada. 

¿Qué clase de "ciencia rigurosa" sería esa que no confronta sus teorías con la realidad? O bien el colapso de la URSS y otros sistemas de "socialismo real" es resultado de que el socialismo no funciona (que es lo que dice Sanguinetti), o bien de que fueron otra cosa, pero en ese caso, ¿qué fueron? Es una irresponsabilidad llamar a la lucha por una "revolución socialista" y evadir el problema de las supuestas experiencias socialistas y su fracaso. Y además, así no vamos a convencer a nadie.

Por otra parte, si se trata de reivindicar el pensamiento de Marx, silenciar ese tema se da de patadas con la afirmación de su "rigor científico", y peor aún si se lo quiere reivindicar como revolucionario y abanderado de la causa de los explotados, ¿No tendría Marx nada que decir sobre la URSS y su colapso, o no le interesaría decir nada, se haría el distraído?

En otros lugares hemos hablado de todo esto, en un desarrollo un poco más extenso (3)  de lo que hacemos un resumen.

No hubo revoluciones proletarias triunfantes en los países capitalistas centrales pero sí "situaciones revolucionarias", por ejemplo en Alemania en 1919 y 1923, rigor científico es rigor científico. Lo que debemos preguntarnos es por qué no triunfaron, lo que es una cuestión completamente diferente.

Marx el hipermétrope vio demasiado cerca en tiempo y espacio lo que se iría desarrollando con mayor lentitud, a medida que el capitalismo se expande por el mundo, según él mismo lo decía. El sistema capitalista pudo evitar el triunfo de la primera oleada de insurrección obrera en los países centrales, y trasladar hacia la periferia los efectos más crudos de la explotación. En ese proceso, la revolución rusa cayó en la frontera entre esos dos escenarios y esas dos épocas. Luego comenzó una nueva oleada revolucionaria desde las orillas del mundo, y hoy entramos en una nueva coyuntura a escala mundial. Las cosas ocurrieron en una forma que se apartó bastante de la primer visión de Marx.

Lo importante acá no es ese desencuentro entre esa visión y la realidad, lo notable es que lo realmente ocurriido haya tenido ALGO QUE VER con ese adelantamiento de visionario, que siempre al adelantarse se despega, como cualquier visionario. 

Notable es que tuviese algo que ver lo que pudieron pensar un puñado de revolucionarios europeos cuando el movimiento obrero recién nacía, con las insurrecciones de los millones y millones de explotados en todos los confines que tomaron ese pensamiento como inspiración, en las más diversas situaciones. Lo notable no es que "Marx no tuvo razón" en la chiquita, lo notable es que luego de 170 años siga siendo TAN IMPORTANTE para el pensamiento conservador, insistir que no tuvo razón en la chiquita.

"Eppur si muove". Y pese a todo, el giro copernicano de Marx sigue vigente. Pero a nosotros no nos interesa el simple homenaje ritual, nos interesa bajar a tierra su pensamiento aquí y ahora. Decía Lenin: 

"Ocurre hoy con la doctrina de Marx lo que ha solido ocurrir en la historia repetidas veces con las doctrinas de los pensadores revolucionarios y de los jefes de las clases oprimidas en su lucha por la liberación. En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos..."  (4).

Pero en medio de ese trabajo de canonización inofensiva aparece Sanguinetti. ¡No, no es inofensivo, sigue siendo un peligro, hay que seguir y seguir combatiendo sus ideas! Gracias, Sanguinetti, por ese verdadero homenaje.


A) Marx explicó la ley fundamental de nuestra época: la caducidad histórica del capitalismo, sus contradicciones internas, la necesidad de su superación, y el protagonismo de la clase trabajadora en ese proceso. 

Hasta Sanguinetti termina diciendo que "entiende que el capitalismo no es eterno", entendió eso pero no lo demás.

B) Viendo las luchas sociales concretas de su tiempo, Marx señaló POSIBLES revoluciones. Esas revoluciones no ocurrieron, ocurrieron otras, que fueron producto de esa misma ley general.

Tergiversando las cosas, Sanguinetti y otros toman esa visión de Marx de posibles revoluciones como una profecía absoluta, cosa que el mismo Marx rechazó expresamente.

C) Aunque Marx, obviamente, no pudo desarrollar todas las dificultades que encontrarían esas revoluciones concretas, si nos advirtió sobre sus límites.

La revolución obrera temprana en los países industrializados no triunfó, y la nueva insurgencia allí recién comienza. La experiencia de "socialismo real" colapsó luego de mostrar todas sus deformidades y aberraciones. Y de las sucesivas oleadas de la "rebelión de las orillas", hoy vemos la última de ellas en nuestro continente, agonizando día a día. Estos hechos son indiscutibles. Y de ello lo que nos interesa, precisamente, es "cotejar los planteos de Marx con esta realidad".

Más que pistas, tenemos análisis muy completos y profundos sobre la URSS, pero no en Marx ni en el "marxismo oficial". No tenemos por qué limitarnos a los que dicen ser "marxistas", término que ni sabemos mucho qué quiere decir. Pero si queremos poner en discusión las ideas de Marx hay que comprobar si A PARTIR DE ELLAS se puede explicar, o no, la degradación de la URSS y su colapso.

Hay en Marx dos abordajes del problema. Su pensamiento sistémico y estructural nos da más que "pistas", nos da la clave fundamental para comprender el fracaso de la experiencia soviética y otras. Y es algo no solo absolutamente sabido, ha sido el centro de todas las polémicas sobre el tema.

"Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua". 

Tantas veces citado el Prólogo de la Introducción a la Economía Política, se lo pasa por alto cuando lo que dice resulta inconveniente. Si el capitalismo como modo de producción y sistema de organización social ha continuado su expansión y su acumulación de capital, es, obviamente, porque trascendió las fronteras de Europa y las fuerzas productivas continuaron desarrollándose dentro de él. Que pudieran desarrollarse más y mejor fuera de él, evitando además problemas como la guerra mundial permanente, la catástrofe ambiental, la desigualdad creciente y la miseria inaudita de miles de millones, es cierto, pero no desdice lo anterior. Y ese es el marco en el que se desarrollaron las experiencias revolucionarias. 

"... ese desarrollo de las fuerzas productivas ... constituye también una premisa práctica absolutamente necesaria, porque sin ella sólo se generalizaría la escasez y, por tanto, con la pobreza, comenzaría de nuevo, a la par, la lucha por lo indispensable y se recaería necesariamente en toda la inmundicia anterior".
 
En la misma línea de pensamiento este texto también muy conocido de La ideología alemana nos da "una pista" de por qué terminó volviendo "toda la inmundicia anterior".

Pero eso no es lo único que hay en Marx, tenemos su visión concreta de las posibilidades de revoluciones tempranas a partir de las agudas crisis de las sociedades capitalistas y sus consecuencias. En esa nota mencionada iniciamos un resumen.

"La previsión de Marx sobre la necesidad histórica de la superación del capitalismo es un verdadero prodigio intelectual, pero no conozco ningún caso en que una teoría científica haya previsto un fenómeno complejo, y éste haya salido al pie de la letra sin ninguna variación. Por lo tanto argumentar sobre la fidelidad absoluta o no de la realidad con el proyecto no tiene sentido.

"Marx previó el advenimiento de una revolución obrera anticapitalista de alcance internacional como un resultado del agotamiento histórico de ese modo de producción, que lo haría sumirse en crisis imposibles de resolver dentro de sus marcos. PERO esas crisis catastróficas llegaron ANTES de que el capitalismo hubiese alcanzado el grado de desarrollo de las fuerzas productivas que hace posible e inevitable la transformación de las relaciones de producción en el sentido necesario para abolir la sociedad de clases.


"El principal error de Marx, el más implacable crítico del capitalismo que conocemos, fue el ser DEMASIADO BUENO con el capitalismo. Atribuyéndole la capacidad de 'moldear al mundo a su imagen y semejanza', supuso que ese modo de producción tendría la capacidad de arrasar con todos los otros modos de producción históricamente previos antes de alcanzar sus propios límites. Eso no ocurrió.


"Esto es lo que determina las condiciones para que aparezcan modos de producción y formaciones sociales híbridas, inestables, de transiciones contradictorias y reversibles...


"...de la lectura de la 'Crítica al Programa de Gotha' surge que su concepción de la transición social en la 'primera fase del comunismo', lo que nosotros llamamos 'socialismo', está centrada en la transformación de las relaciones sociales de producción. Ese cambio en las relaciones sociales de producción, y no meramente en la forma de distribución ni la forma de propiedad ni en las relaciones técnicas de producción, implica una transformación en la división social del trabajo.

"Esto quiere decir abolir la relación salarial, y eso no es equivalente a remunerar al trabajador según su trabajo, que es lo que plantea Marx en la 'Crítica...'. Su idea es que esa transformación viene a partir del desarrollo de las fuerzas productivas ya ocurridas, no se le ocurrió plantearse (al menos no en forma principal ni mucho menos aislada) la revolución socialista en sociedades no desarrolladas".


Terminábamos ese trabajo presentando la forma en que Marx veía como se llegaría, por el desarrollo del capitalismo, a la abolición de la propiedad burguesa. (5)

El proceso histórico de cambio de unas relaciones de producción por otras sobre LAS BASES que él teorizó, es MUCHO MÁS COMPLEJO de lo que una interpretación mecánica de esa teoría pude suponer (un mecanicismo del que él mismo se apartó expresamente). Se produjo una especie de "laguna" entre el impulso por el cambio necesario de lo viejo y las dificultades para el desarrollo firme de lo nuevo; en esas condiciones se produjeron las deformaciones, aberraciones, retrocesos y caídas de las diversas experiencias. Marx nos permite comprender esas bases del cambio histórico necesario, también las bases de las dificultades encontradas. Las "pistas" se refieren a la comprensión de por qué aparecen modos de producción híbridos y transicionales, cuáles son los límites que tienen, sus contradicciones internas, cómo se conservan parcialmente las viejas formas de explotación del trabajo, cómo se recrudecen algunos de sus aspectos más retrógrados, cómo aparecen transicionalmente nuevas clases dominantes explotadoras, y cómo éstas impulsan la reversión de ese proceso de cambio, volviendo a "toda la inmundicia anterior".

La experiencia histórica vivida es un enorme material de trabajo, para sacar experiencias que nos permitan afrontar mejor esos problemas en el futuro. 

Sólo desde una concepción mecánica del cambio histórico puede decirse que "Marx se equivocó", cuando además él mismo se despegó expresamente de esa interpretación mecánica de su pensamiento.

Ante la pregunta "¿Cómo se explica el declive del marxismo como ideología?", la conocida economista india Jayati Ghosh responde: "Es interesante que use la palabra 'ideología' para el marxismo, ya que es bastante diferente de la forma en que Marx mismo usó la palabra, vio la ideología como 'falsa conciencia' en contraste con la 'ciencia' objetivamente verdadera en que él sentía que debía encarar su propio trabajo. Más allá de lo que uno pueda pensar de esa posición particular, desafortunadamente es el caso que por algún tiempo el marxismo también se convirtió en una ideología en el sentido marxista, con connotaciones cuasirreligiosas y un énfasis en las interpretaciones canónicas". (6)

Son esa forma lineal de ver el proceso histórico que Bujarin llamó una vez "analfabeta e idiota".

Como dijimos, Marx vio la revolución anticapitalista más cerca en tiempo y espacio de lo que la realidad trajo. También se ocupó de posibilidades más inciertas en otros escenarios.

Vio una posible revolución obrera temprana en Alemania como derivada de la debilidad de la revolución burguesa. No se dio, pero en cambio sí el primer desarrollo de un partido obrero socialista de masas, con todas las limitaciones y degeneraciones posteriores que tuvo.

Ese posibilidad de ensamble de la revolución burguesa con la revolución obrera se dio años después en Rusia, en forma diferente pero se dio. Allí había visto Marx la posibilidad de una revolución democrática campesina que se complementase con una revolución proletaria en los países más industrializados. Algo de eso ocurrió de forma muy diferente, cuando el capitalismo ruso ya se había instalado y ya había encontrado sus límites. De nuevo, el auxilio de la revolución obrera en los países industrializados no llegó, y eso tuvo consecuencias determinantes en la degeneración de la revolución rusa. Pero ese pujo revolucionario, aunque abortado, ocurrió de nuevo en Alemania.

La posibilidad del ensamble de la revolución en un país atrasado y campesino con la ayuda de un país industrializado (avizorada para Rusia) se dio en China. De forma diferente, con limitaciones y deformaciones de consecuencias muy negativas. 

Y así podríamos seguir. Porque Marx no se sentó a "interpretar el mundo", participó en el intento de cambiarlo, y lo hizo también con sus deseos, sus ganas de que eso pasase. Bastante absurdo es criticarlo por eso.

Esas posibilidades de cambios concretos que vio Marx se dieron de una forma diferente  porque son manifestaciones de las contradicciones que el mismo Marx señaló. El cambio histórico no se produce por "leyes" en las que no participen los humanos. "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado".(7)

Esa es la forma de ver la historia que tenía aquel hombre que nació hace 200 años, y todos sus "errores" atribuidos a un mecanicismo profético que no tuvo, son imputaciones de una forma de ver la historia "analfabeta e idiota". En el curso de la historia real tenemos un enorme trabajo por hacer en la investigación de las circunstancias dadas en todas las experiencias de transformación social, para aprender de ellas.

Demasiado trabajo como para andar perdiendo el tiempo en homenajes rituales.

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Referencias: 
(1) Cada loco con su tema
(2) Cyber-Marx y la lucha de clases moderna

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